Tradicionalmente las
mujeres se han encargado de toda una serie de trabajos, de gran trascendencia
para la vida familiar, enormemente sacrificados, pero que han sido poco
reconocidos. Y no quiero decir que “poco valorados” porque esto sí creo que lo
han sido, pero poco reconocidos.
Días de calor, o de
tremendo frío en que se dejaban las manos en un agua helada. Ellas mismas, con
frecuencia empapadas por el agua del río, del arroyo o del lavadero en que
restregaban una y otra vez tratando de sacar la suciedad con un mal jabón.
Y luego, a tender
procurando que no se ensuciara lo lavado.
Y luego a esperar a
que se secara.
Y recoger.
Y planchar.
Aquí dejo unas
cuantas fotos de lavanderas. Cada una daría pie para escribir una historia.
Preciosas fotos !!!!!!
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