miércoles, 17 de febrero de 2016

Eulogio Blasco Benito y El Precio Fijo


Natural de Pedroso (Logroño), pueblo situado entre Valbanera y el monasterio de Nájera. Había nacido en 1859 y falleció en Cáceres a los 86 años, el 5 de agosto de 1945, día en que cayó la bomba atómica sobre Hiroshima.
Sus padres —Victoriano Blasco y Petra Benito Viniegra— tuvieron cinco hijos: Victoriano, Antonio, Marcelina, Petra y Eulogio.
El matrimonio tenía rebaños de ovejas, con cuya lana y en el taller de su propiedad, confeccionaban paños.
Un incendio acabó con el padre y con todas las propiedades de la familia, lo que llevó al hermano mayor, Victoriano a marcharse a Cuba con un tío que había emigrado a aquel país.
El segundo hermano, Antonio, se fue a Panamá, donde puso una casa de cambio de moneda.
De Marcelina, la tercera y mayor de las dos chicas, se hizo cargo una hermana de la madre, maestra residente en Nájera, casada con un empleado de Hacienda.
Los dos pequeños, Petra y Eulogio, junto con la madre y acompañando a un rebaño de pastores trashumantes se vinieron, en torno a 1870, a Cáceres, donde se había instalado con éxito a mediados de siglo (en 1852) un hermano de la madre, Francisco Benito Viniegra, originario también de Pedroso.
Eulogio comenzó a trabajar, junto con otros primos, con su tío Francisco en el bazar de quincalla fina que Francisco Benito tenía en el número 5 de la calle Empedrada (hoy General Ezponda).
A Francisco Benito se le conocía en Cáceres con el sobrenombre de “Vitali”, por llevar la representación en la ciudad de un comercio de platería de origen italiano con tal nombre. Eulogio se hizo cargo, desde su incorporación al negocio, de esa parte del mismo.
En 1873 Francisco hizo un negocio redondo a cuenta de una gran cantidad de Papel del Estado que había comprado antes. El Papel subió de precio de un modo desorbitado, por lo que procedió a la venta de todo lo que tenía, obteniendo unos beneficios brutales. La comodísima situación económica en la que quedó le animó a dejar, en 1878, el negocio en manos de su hermano Andrés Benito Viniegra, al que se había traído (junto al otro hermano, Joaquín), años antes para que le ayudaran.

Andrés Benito estaba casado con María Adela Latorre Saborid que participaba de una manera muy activa en el negocio.
Todo lo relativo a joyería y platería lo llevaba Eulogio, por lo que se le empezó a dar el alias de “Vitali” que previamente se le había dado a su tío.
No tardaron en surgir algunas desavenencias a cuenta de la forma de llevar los asuntos relativos a la platería entre Eulogio Blasco y María Adela, por lo que Eulogio habló con su tío Francisco, planteándole su deseo de montarse por su cuenta para evitar conflictos en el seno de la familia. Corría el año 1886 y Eulogio tenía 27 años.
Quiso la suerte que L. Fiayo, comerciante instalado con un bazar en el número 3 de la calle Pintores (donde 80 años después se instalaría Eleuterio Mendoza), pusiera en traspaso su bazar. Eulogio se quedó con el negocio, que conocía bien, y procedió a liquidar las existencias de Fiayo para arrancar después con su propio comercio con unas mercancías más acordes a su propio gusto.

Justo por encima de la tienda que acaba de alquilar y estrenar estaba, en el número 5, la joyería que en 1827 inauguró el comerciante de origen portugués José Puppe con el nombre de “El Precio Fijo” y de la que, tras su muerte, se hizo cargo Juan López López, marido de Petra, la mayor de sus hijas.
Eulogio no tardó en conocer e iniciar tratos con Consuelo, la menor de las hijas de Juan López y Petra Puppe, nacida en 1869 y, por tanto, diez años menor que él. Tras cortejarla algo más de un año, contrajeron matrimonio en 1889, cuando ella contaba con 20 años y él con 30.
Seis años después de casarse, en 1895, falleció Juan López y Eulogio, previo acuerdo con su mujer, deciden trasladar el negocio al portal de por encima, el número 5. Para ello hablan con Don Lesmes Valhondo Calaff, propietario del mismo desde que en 1871 se lo vendieran las hermanas Puppe López. A dicho efecto, se redacta un nuevo contrato de inquilinato por tiempo indefinido y cuya firma tuvo lugar el 1 de diciembre de 1895, estableciéndose como precio de alquiler 1.095 ptas. anuales pagaderas por meses vencidos (91,25 ptas. al mes).
A partir de instalarse en lo que iba a ser la ubicación definitiva, Eulogio realiza publicidad de su establecimiento el algunos periódicos y guías comerciales, así como a través de tarjetones y pequeña cartelería. Sin embargo, no he vuelvo a localizar más publicidad suya tras la que realizó con motivo de las ferias de mayo de 1901.






Al trasladar su negocio al portal de por encima, Eulogio decidió mantener como denominación comercial la que le había puesto el abuelo de su mujer 68 años antes y que aún debería perdurar hasta otros 77 años después: EL PRECIO FIJO. Durante un tiempo coexistieron las existencias de platería de Juan López con el Bazar de Eulogio.


El matrimonio tuvo nueve hijos, dos de los cuales murieron sin llegar a cumplir un año y otro (Pepito), apenas cumplidos los seis.

Eulogio, el mayor, con un excelente oído para la música (tocaba con su madre el piano que actualmente está expuesto en el Museo Pedrilla), sufrió un sarampión cuando tenía 3 años que le dejó completamente sordo. Dotado de excepcionales aptitudes para las Bellas Artes recibió una formación que impulsó sus aptitudes naturales, con éxito sobresaliente.

Tuvieron otro hijo más (Emilio) y cuatro hijas: Consuelo, Jacinta, María Antonia y Ana siendo ésta última 20 años menor que su hermano Eulogio.
El bazar de Eulogio fue toda una referencia hasta los años 40. En el mismo se vendían lámparas, espejos, cristalerías, artículos de adorno, incluso de plata, muebles, cuberterías… Y, casi desde el principio de asumirlo Eulogio, aparatos de imagen y sonido: fonógrafos, discos, cámaras fotográficas, etc…







A partir de ese momento, además de mantener abierto el negocio de Pintores 5, Eulogio se dedicó a recorrer los pueblos de la zona de Zarza la Mayor, Alcántara, Ceclavín, etc... donde había familiares del abuelo de su mujer (José Puppe), instalando la mercancía y vendiéndola en los zaguanes de las casas de dichos familiares. Las cosas marcharon bien, con lo que pudo hacer prosperar su propio negocio además de cerrar todas las deudas que había dejado su suegro.





Eulogio no fue de los comerciantes que se significasen, en absoluto, por participar de cualquier modo en el mundillo de la representación política o empresarial. No consta que participara activamente en cualquiera de las diversas opciones políticas, tan plurales, de su época. Y ni siquiera que lo hiciera en el entorno de la representación empresarial. Únicamente he detectado su presencia y participación en la reunión que los comerciantes cacereños celebraron en Cáceres a finales de noviembre de 1898 para adherirse a la Asamblea de Cámaras de Comercio que se celebraba en Zaragoza y, a raíz de la cual, se decretó por el Gobierno de la Nación la creación de diversas Cámaras en todo el territorio Nacional (entre ellas, la de Cáceres).  Entre los firmantes del telegrama de adhesión que se dirigió a Zaragoza, figura la firma de Eulogio Blasco.




Dice León Leal, en sus Ráfagas: “Ya en aquellos remotos años el bazar del Precio Fijo era uno de los principales comercios de la calle de Pintores. Los juguetes finos que en él se vendían era toda una atracción para los chicos, y siempre se esmeró Eulogio Blasco, como hoy sus hijos, en tener surtido con selectos artículos el bazar que estableciera en el amplio local en que hace más de un siglo puso su platería el portugués don José Puppe”.




Su continuo ir y venir y el trato con los familiares de origen portugués, propiciaron que Eulogio Blasco fuese designado Cónsul de Portugal en Cáceres, cargo que mantuvo hasta que se proclamó la República, momento en que decidió abandonar dicho cargo.


Eulogio Blasco Benito falleció el 5 de agosto de 1945 con 85 años y su esposa Consuelo López Puppe le sobrevivió tan solo año y medio, falleciendo el 18 de febrero de 1947, a los 78 años.
Del matrimonio entre Eulogio Blasco y Consuelo López hubieron nueve hijos:
Eulogio, nacido el 9 de junio de 1890 y fallecido, a los 85 años, el 28 de enero de 1960. Fue un niño absolutamente normal y al que, según me contó su hermana Ana María, le encantaba la música y tocaba con su madre el piano (hoy expuesto en el Museo de los Pedrilla). A los 3 años sufrió un sarampión que le dejó completamente sordo y, a consecuencia de ello, mudo. Fue un artista de la pintura, grabado y repujado de especial renombre. La Escuela de Bellas Artes de Cáceres lleva su nombre. También se le conoce popularmente como “Eulogio Blasco, el Mudo”.
Emilio ( fallecido el 14 de febrero de 1959), que ya jovencito se marchó a Cuba durante unos años con su tío Victoriano. La madre quiso que regresara, lo que hizo.


Consuelo, a cuyo nombre giró el negocio familiar a partir de 1937. Falleció un 2 de febrero (año ??).
Jacinta falleció el 8 de febrero de 1973, cuando ya había cerrado El Precio Fijo y las hermanas vivían en el número 40 de la calle José Antonio (hoy Barrionuevo).
María Antonia, fallecida el 16 de junio de 1975.
Dulce y Luis, que murieron apenas con un año y Pepito, que falleció el 15 de agosto de 1911, cuando tenía seis años.
— Y, finalmente, Ana María, que era veinte años menor que Eulogio y ha la última que ha muerto (el 4 de enero de 1996, a los 85 años).
Todos los hermanos Blasco López permanecieron solteros hasta su muerte, por lo que la familia Blasco Benito no ha dejado descendencia.
El Precio Fijo cerró definitivamente sus puertas en abril de 1972, después de 145 años de ejercicio de actividad ininterrumpida siempre en manos de una misma familia a través de cuatro generaciones.




En el verano de 1995 tuve la oportunidad de departir varios días con Ana Blasco que, por una afortunada circunstancia mantenía una relación muy personal y desde hacía muchos años con mi esposa. Buena parte de los datos que aquí se reflejan me fueron proporcionados directamente por ellas. Igualmente tuve la oportunidad de ojear los numerosos álbumes de fotos familiares de entre las que me obsequió con algunas de las que aquí comparto.
Ana fue la última de los Blasco López en fallecer, pues lo hizo el 4 de enero de 1996, habiendo sobrevivido más de 15 años a la última de sus hermanas.

3 comentarios:

  1. Gracia Teo por la información que me ha parecido muy interesante, algunos datos los conocía y otros me han sido muy enriquecedores.

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  2. Insisto, todo el material que tienes debería salir a la luz. Es nuestra historia, es un "manual" imprescindible para que la gente sepa las raíces de donde venimos. Sobretodo aprender a ser humildes y generosos.

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  3. Insisto, todo el material que tienes debería salir a la luz. Es nuestra historia, es un "manual" imprescindible para que la gente sepa las raíces de donde venimos. Sobretodo aprender a ser humildes y generosos.

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