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Organizada por el Club de Senderismo La Vereína y realizada
durante la mañana del 8 de junio de 2013 por un grupo de unos cincuenta
senderistas.
Mañana muy agradable durante la que no tuvimos frío más que
el tiempo que estuvimos en lo más alto de la Bolla Grande y ello
debido al viento.
La ruta presenta un desnivel de algo más de 900 metros,
dividiéndose el esfuerzo en dos tramos pues se suben unos 400 metros en los
primeros cuatro kilómetros y el resto hasta llegar a la Bolla Grande, si bien el
repechón final de ascensión a la Bolla es corto pero pronunciado.
Salimos de Cáceres sobre las ocho, para
desayunar, como es habitual con La Vereína, por el camino. Como nos
provocaron con unos apetitosos churros, dimos debida cuenta de ellos si bien
luego hubiéramos preferido no haberlo hecho.
Un poco antes de las 9,30 estábamos en Ovejuela, dispuestos a
iniciar el camino. Una señal nos indica el camino a seguir.
Salimos del pueblo pasando junto al cementerio de la
localidad para llegar enseguida al Río Ovejuela, junto al que caminamos
durante un rato hasta llegar a la altura de la piscina natural, abierta
en estos primeros días de junio, que cruzamos al otro lado del cauce pasando
por encima del puentecillo.
Hasta llegar al Chorrituero (o Chorrituelo o, incluso, Chorritero
he leído en algún sitio) aún tendremos que cruzar el Río Ovejuela dos veces
más, si bien por pasos de piedra sobre el cauce, que no entrañan dificultad
alguna.
A partir de este punto vamos a caminar por el margen del río
en dirección al Chorrituero. El entorno es, sencillamente, precioso y la
garganta por la que caminamos es tan estrecha que nos vemos obligados, una y
otra vez, a pasar el río (ahora más bien arroyuelo, por el poco caudal que lleva)
una y otra vez de un lado al otro, lo que le da a la marcha atractivo y
acrecienta el buen humor de los participantes.
Tras uno de los recovecos que hace la senda por la que
caminamos aparece ante nuestros ojos el Chorro del Chorrituero que se
desploma, espléndido, en cuatro caídas sucesivas desde unos 30 o 40 metros de
altura.
Allí nos quedamos un buen rato dándole a la cámara
fotográfico hasta que nos damos todos por satisfechos.
Dejando el Chorrituero primero a nuestra
derecha y después a nuestra espalda, comenzamos la primera subida por un
sendero bien marcado pero en medio de una vegetación espesa, pinos y helechos
que hacen que el entorno sea un regalo para los ojos.
El verdor que nos rodea es tan fuerte que parecería que nos
encontrásemos en Galicia, en lugar de en Extremadura.
En poco tiempo llegamos al fina de la subida, la Cruz
del Puerto, donde el sendero que traemos se junta a una pista y un camino
por el que se podría bajar (por la izquierda) hasta Descargamaría o ir hacia
el Pico
Vela (1.075 m), a escasa distancia y con nulo esfuerzo, ya que aquí nos
encontramos a 1.000 metros de altura.
Como parece un sitio idóneo y hemos rematado sudando la
subida, hacemos un alto antes de continuar.
Tras el breve respiro continuamos la marcha por una cómoda
pista cortafuegos que no presenta más problema que las piedras sueltas. Vamos
hacia el Cotorro Albecerro, donde haremos un nuevo alto antes de atacar
el último tramo de subida a la Bolla.
Por el camino, las vistas son espectaculares, dejando a
nuestra espalda todo el valle donde distinguimos Robledillo de Gata, más
cerca y un poco más allá Descargamaría
Paramos en el Cotorro para tomar fuerzas de cara a
la fuerte subida. Desde allí las vistas son espectaculares: al otro lado del valle,
a nuestra izquierda en la dirección de marcha que llevamos, la provincia de
Salamanca, de la que divisamos hasta muy lejos. A nuestra derecha la Bolla
Grande.
La
Bolla, retadora, nos mira
desde arriba invitándonos al esfuerzo que supone subir hasta lo más alto y
algunos de los participantes nos cruzamos (bromeando) apuestas por valor de
miles de millones de euros sobre cuánto tiempo nos llevará llegar arriba.
Los más osados dicen que entre quince y veinte minutos; los
más conservadores que entre 45 y una hora. Ganaron estos, pues echamos entre
treinta y cinco y cuarenta minutos en alcanzar el punto geodésico.
El esfuerzo merece la pena, pues las vistas desde arriba son
espectaculares.
El viento ha arreciado y, con él, el frío, lo que nos obliga
a guarecernos, mientras comemos el bocadillo, al abrigo de unas ruinas que hay
a unos 200 metros del punto geodésico.
Y detrás de esas ruinas, la Bolla Chica, a la que
subimos por otro lado a principios de 2013.
El regreso a Ovejuela se hace a través de pista,
pero en una continua y fuerte pendiente que hace sumamente aconsejable ayudarse
de bastones para evitar resbalones y daño en las rodillas.
Si la bajada, como digo, es fuerte, se convierte en
fortísima cuando se llega a La Ladera, donde el desnivel es de
un promedio superior al 20% y, en un pequeño tramo, por encima del 25%.
Conviene, por tanto, no tener prisa, flexionar las piernas y asentar bien los
pies.
Durante la bajada tendremos la oportunidad de volver a ver
el Chorrituero,
ahora desde la distancia y desde arriba.
Superado el pequeño tramo especialmente duro (y algo
peligroso), podemos contemplar Ovejuela a vista de pájaro y
disfrutar de un entorno precioso que algunos optaron por llevárselo a casa en
forma de fotografía.
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