El local de General
Ezponda 3a, que hace esquina con la Calle de la Cruz-Ríos Verdes,
siempre ha resultado un local atractivo para los comerciantes. Seguramente por
contar con doble entrada y escaparate. Sus entrañas han conocido de todo y
cosas bien dispares, desde vinos hasta joyas.
He de advertir que en “General
Ezponda 3” han habido, simultáneamente, hasta tres tipos de negocios
distintos en la planta baja. En mis archivos los tengo catalogados con tres
ubicaciones distintas: 3a, 3b y 3c. En esta entrada voy a hablar del número 3a
el que, como he dicho, hace esquina con de la Cruz.
Hasta donde yo tengo
noticias, primero fue el almacén de tejidos de Juan Antonio González
allá por 1880.
Un poco más tarde la
fábrica de gaseosas y tienda de ultramarinos de Fernández Hermanos a
finales del XIX y primeros años del siglo XX. Los mismos tenían una dedicación
especial al tema de cafés y chocolates y pusieron a su negocio el nombre
comercial de LA LONJA con el que se publicitaban en esa especialidad.
A principios del XX se
instaló allí Honorio Jiménez Calado (cuñado del investigador cacereño Tomás
Martín Gil), con su almacén de vinos y bebidas, continuando también con
el negocio de chocolates de los anteriores dueños, por lo que al principio se
anunciaba como “Sucesor de Fernández Hermanos”. Honorio también tenía al
principio de la calle San Pedro una tienda de ultramarinos muy famosa a la que también
le puso el nombre de “La Lonja”.
De la ubicación de Honorio
Jiménez en este local de General Ezponda tenemos un precioso testimonio
gráfico: la foto de una mujer con zancos subiendo hacia la Plaza Mayor y que
era el anuncio de una actuación circense que hubo en la ciudad. A la izquierda
de la foto se ve el local con toldo en la planta baja y el anuncio en la pared
de la planta superior.
Honorio utilizó con
frecuencia los anuncios en prensa, como puede comprobarse hojeando la de la
época. En “El Fomento” de 4 de mayo de 1905 se publicaba este anuncio: “La Lonja”. General Ezponda 3. Ultramarinos y Coloniales.
Depósito de chocolates LA LONJA, vinos finos para mesa “Rioja Alta” y
“Valdepeñas”.— Ricos cafés Moka, Caracolillo y Puerto Rico, crudos y tostados.—
Jerez, Champagne y Cognac de las marcas más acreditadas.— Conservas de todas
clases.
Y unos años más tarde, y
respecto al local de San Pedro, la “Guía Artística Mercantil e Industrial de
Cáceres” publicada el 1 de septiembre de 1912, publicaba un anuncio con
este texto: La Lonja. San Pedro 4 y 6.— Comestibles
finos. Depósito exclusivo de los ricos chocolates marca La Lonja y de los vinos
amontillados “María Teresa”, y del fino de González Byas marca “Dora”.
Seguramente no muchos
sepan que Honorio Jiménez compró la casa nro. 19 de la calle Pintores,
donde había estado durante muchos años la Papelería El Alcoyano, propiedad
primero de Eugenio García Semper y luego de su viuda.
Tras derribar la casa
citada, construyó allí la suya poniendo en sus bajos, solo durante un brevísimo
periodo, otra sucursal de su propio negocio.
Allí mismo se instaló
poco después la relojería de Jorge Capdevielle Rino, que
permanecería en el lugar bastantes años, hasta bien entrados los 60 o muy a
principios de los 70 y, más tarde, la joyería de Rafael Barriuso que había estado
primero en la calle Paneras, esquina a calle de la Cruz y desde allí
se vino a Pintores.
Aquí, en una foto de
1954, la Joyería Barriuso en Paneras. En el centro de la foto vemos a un
jovencísimo Rafael Barriuso Vicente (hijo del fundador, Rafael
Barriuso Arias). A la izquierda Francisco Suárez Trenado y a la
derecha Juan Medina López.
A Honorio Jiménez le
sucedió, con el mismo negocio, y durante unos años Miguel Pacheco Simón, que
cambió los vinos por ultramarinos e introdujo también la venta de calzados.
Este Miguel
Pacheco, por estas mismas fechas de principios del siglo XX, abrió otro
pequeño negocio dedicado exclusivamente a calzado en la calle Andrada
4 (también conocido por La Machacona) en el que le sucedieron su hijo Luis
y su nieto Eduardo. En este anuncio lo vemos anunciado con las dos
ubicaciones (Ezponda y Andrada) aunque la imprenta equivocó
la primera de las calles y en lugar de “General Ezponda” coló un “General
Esponceda”.
Muy poco después el
negocio giraba a nombre de la Viuda de Juan Pacheco, de quien no
tengo noticia alguna. Quizá el tal Juan fuera un hermano de Miguel.
Como quiera que fuese, este negocio de los Pacheco en General Ezponda no se
prolongó más allá de 1917.
Es en el local de la
calle Andrada 4 donde se ubicó Miguel Pacheco primero y sus hijo y
nieto después, donde todos los que tenemos más de 40 años pudimos conocer la
zapatería de José Millo Méndez, casado con una hija del que fuera alcalde de
Cáceres Antonio Canales, que se instaló en el local en los años 60 y se
mantuvo allí hasta principios de los 90.
A Miguel Pacheco y a la Viuda
de Juan Pacheco les sucedió en el local Victoriano García Liberal
cuyo hermano Manuel, farmacéutico, tenía su negocio de farmacia y droguería
justo en el portal de por cima de la misma Ezponda. Ambos se habían iniciado en
el comercio que el padre de ambos, Manuel García García, tenía al
principio de Pintores, justo donde ahora se encuentra una croissantería.
Allí continuó, después del padre, Enrique, otro hermano comerciante.
Manuel García García
había establecido su comercio en Pintores en torno a 1885 y en cuanto sus hijos
Victoriano
y Enrique crecieron le acompañaron en
sus actividades comerciales, lo mismo que su mujer, Amalia Liberal. El otro
hijo, Manuel, estudió la carrera de Farmacia.
Este comercio de
Pintores permaneció bajo la titularidad de Manuel hasta 1922 aproximadamente
haciéndose cargo del mismo a partir de esa fecha su hijo Enrique, que lo mantuvo
abierto hasta poco después de terminar la Guerra Civil.
Manuel, el farmacéutico, ya
tenía montada su farmacia y droguería en el segundo local de General
Ezponda 3 (lo que hoy diríamos 3-b) en 1910.
Pocos años después,
cuando se enteró que su vecino Pacheco dejaba el local de por bajo (el que
hacía esquina), se lo advirtió a su hermano mayor, Victoriano, que se
apresuró a quedarse con el mismo, montando allí su comercio de ultramarinos en 1917.
Ambos hermanos
permanecieron en General Ezponda siete u ocho años más, pues en 1924
ambos se deshacen de los respectivos negocios. Manuel, el farmacéutico,
traspasó su farmacia a Julio Castellano Rubio, mientras que
Victoriano
traspasó su negocio a Juan García Agúndez que, a pesar de
la coincidencia del apellido, no tengo noticias de que tuviera parentesco
directo con Victoriano.
La foto que inserto a
continuación es, precisamente, de la época en que el propietario era Juan
García Agúndez, como puede leerse sobre la puerta que da a General
Ezponda aunque la misma debe ser de los años 60.
A Juan García le sucedió en
el local el joyero y buen amigo mío Juan Borrella Román, que años más
tarde daría a su negocio el nombre de Joyería Bomar y que se instaló en
Cánovas, antes de llegar a lo que fue oficinas de Banesto y ahora del
Santander.
A Juan Borrella le
sucedieron una serie de negocios de vida bastante fugaz: una papelería-copistería,
un bar (El Archiperre) y toda una sucesión de negocios hasta hoy.
Y aún hoy, siguen sucediéndose negocios
en esa ubicación.
Tengo un cartel publicitario de Farmacia y droguería de M.García Liberal. Esponda 3 Cáceres. Es muy curioso. Si me mandas un correo, te lo envío. El cartel no tiene fecha, pero es antiguo de coj....
ResponderEliminarGracias. Puedes mandármelo a tamores6@gmail.com
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