Julián Iglesias Iglesias nació en Majadas de Tiétar
en 1821 de padre y madre desconocidos, pues fue abandonado nada más nacer
motivo por el que, siguiendo la costumbre de la época, al bautizársele se le
pusieron por apellidos “Iglesias” en uno y otro, ya que se desconocían quiénes
eran tanto la madre como el padre.
Fue enviado a la casa-cuna
de Plasencia, donde se crió y aprendió el oficio de espartero y marroquinero,
especializándose en la confección de cinchas para cabalgaduras.
Poco antes de cumplir los 30
años (en torno a 1850) se vino a Cáceres, donde montó inicialmente un comercio
dedicado a su especialidad que fue ampliando a otras ramas del comercio con
notable éxito.
En torno a 1860 ya lo
encontramos ubicado en la esquina de las calles Audiencia 8 y Camberos
2 (anteriormente, hasta el siglo XVIII, llamada “calle Oscura”), en la
casa que hacía esquina con la calle de la Audiencia (actual Muñoz
Chaves), en la misma confluencia con la calle Moreras. Era una
época en que los escaparates no contaban demasiado y lo importante era el
espacio destinado a la venta, generalmente con buenos mostradores. El acceso al
comercio estaba por Camberos y ocupaba desde la misma esquina hasta casi
mediada dicha calle.
Julián Iglesias Iglesias |
Fue un hombre de amplia
cultura adquirida escuchando, observando y discurriendo, con un acusado sentido
de la justicia y profundas convicciones religiosas, cualidades que siempre
estuvieron presentes en su actividad comercial.
Era proverbial en Cáceres
su capacidad para discernir la posible rentabilidad de cualquier actividad comercial
o industrial que se le proponía o sobre la que él mismo discurría, lo que le
llevaba a embarcarse en negocios que otros rechazaban y a rechazar
otros que no veía claros y, generalmente, acertaba en sus apreciaciones lo que
le llevó a prosperar con rapidez y amplitud.
Como siempre que alguien
prospera a base de trabajo y riesgo, pronto surgieron algunos comentarios que
apuntaban a que contaba con el respaldo económico del Marqués de la Constancia
del que se insinuaba que podía ser su padre, extremo que nunca se demostró ni
siquiera con pruebas leves ni al que él hiciera el más mínimo caso.
Según
testimonio verbal que recogí personalmente de boca de su nieta Andrea
Candela Iglesias el 25 de agosto de 1995, en su casa de Camberos 4,
siendo ya una venerable anciana, Julián Iglesias se casó dos veces. La primera
sobre 1861 con una señora llamada Gertrudis que vivía, soltera, en el Convento
de San Pablo, donde tenía su residencia. Gertrudis falleció al
poco de contraer matrimonio sin que del mismo hubiera ningún hijo. Cuando
estaba en el lecho de muerte Gertrudis aconsejó a Julián
que volviera a contraer matrimonio. Julián así lo hizo, casándose en
1862, en segundas nupcias con Vicenta Caldito Marchena, originaria
de Brozas, nacida en 1844 (23 años menor que Julián), con la que tuvo 11 hijos,
de los que únicamente he logrado rescatar el nombre de seis de ellos de los
que, más abajo, doy detalles. Los otros cinco debieron morir muy pronto ya que
las dos nietas que yo conocí sabían de su existencia pero no sus nombres.
Vicenta Caldito Marchena |
Julián tuvo
la prudencia de diversificar sus inversiones y negocios de la manera más
variada. En Camberos tenía venta y almacén de tejidos y chacinas, éstas últimas
elaboradas en el matadero de su propiedad que tenía al final de la calle
Trujillo, cerca de su confluencia con Picadero.
Además de lo
anterior se dedicó a otros negocios, destacando en el de lanas, que le
proporcionó numerosos beneficios. Así mismo tuvo amplias explotaciones
agrícolas en fincas que eran de su propiedad.
Dentro de la
ciudad adquirió numerosas propiedades. De ello puede darnos una idea el hecho
de que en el Padrón de la Riqueza Urbana de 1887 figura como propietario de
28 casas, con un valor líquido de 2.121 ptas.
A pesar de
su riqueza, prestigio y reconocimiento dentro de los estamentos de la ciudad,
jamás se preocupó por tener un aspecto distinguido del que se pudiera deducir
su condición social, lo que no evitó que fuera Regidor en el Ayuntamiento en
los periodos 1875-77 y 1881-85 aún a pesar suyo y solo por responder a
peticiones de otros cacereños.
Un aspecto
de la vida de Julián Iglesias que a mi, personalmente, siempre me impactó,
fue el hecho de que sus profundas convicciones religiosas le animaron siempre a
atender a cuantos acudían a él en demanda de ayuda hasta el punto de que, ya en
el lecho de muerte, su mujer, preocupada siempre por la marcha del negocio,
mostrándole las listas en que Julián tenía apuntados los nombres de sus
numerosos deudores y las cantidades que le debían, le preguntó si la lista
estaba actualizada. Julián le respondió que nadie había pagado nada y que como
Dios había sido generoso con ellos, debía olvidarse de la existencia de la lista,
voluntad que fue respetada por su mujer y sus hijos, saldándose todas las
deudas que habían en el momento de su muerte.
También fue
larga su generosidad con las Hermanitas de los Pobres cuando
llegaron a Cáceres y se instalaron en la calle de Caleros, siendo frecuente
tanto sus visitas al Asilo como los envíos de sacos de
productos para alimentación de los asilados.
Muestra
también de su forma de ser y de entender la vida fue su actitud en dos
acontecimientos que afectaron a su actividad empresarial y que le produjeron
cuantiosas pérdidas. Por un lado, el incendio devastador que sufrió su casa e
instalaciones de la calle Camberos el 3 de agosto de 1874, que acabó con todas
las existencias de tejidos y chacinas que tenía allí. Le dieron el nombre de
quien había provocado el incendio, pero él no quiso que la justicia actuara,
indicando que cualquier persona puede sufrir un mal momento y cometer una
locura como la de provocar aquel incendio, pero que prefería aguantar las
pérdidas que arruinar el futuro de nadie dando su nombre a la Justicia.
Andrea
Candela Iglesias, nieta de Julián y a la que ya me he
referido, me contó durante mi entrevista con ella en agosto de 1995 que cuando
se produjo el incendio de 1874 una persona que era muda dijo que había visto al
que provocó el incendio en el momento en que pegaba fuego al almacén, llegando
incluso a dar el nombre del mismo. Según Andrea Julián Iglesias se negó en
redondo a que se tomaran en consideración las acusaciones del mudo manifestando
que siempre cabía la posibilidad de que se interpretara mal lo que el mudo
decía, por lo que era preferible aguantar las pérdidas que formular una sola
acusación contra un posible inocente.
Como se ve,
dos versiones distintas pero con el mismo fondo respecto al mismo hecho.
La casa fue
reconstruida y hoy podemos ver en los rosetones de herrajes de la balconada de
la primera planta el año de reconstrucción (1874) y las iniciales de Julián
(JI).
El segundo
quebranto importante en la economía de Julián Iglesias tuvo lugar durante la
noche del 13 de febrero de 1883, cuando le robaron 175.000 pesetas ¡¡de la época!!. Todas las pruebas demostraban que
había sido uno de los tres de dependientes de confianza, sin que cupiera ningún
género de dudas. Incluso, diversas indicios muy claros apuntaban hacia uno de
los tres en concreto en concreto. Sin embargo y a pesar de los indicios, como
no se consiguieron pruebas determinantes que inculparan al mayor sospechoso, Julián
Iglesias no permitió que la justicia actuara, limitándose a despedir a los tres
dependientes. Nunca recuperó lo robado.
Según me
contó Andrea Candela Iglesias unas semanas después del robo Julián Iglesias recibió
la visita del padre de uno de los dependientes, con el que estuvo encerrado en
su despacho durante todo el día comiendo, incluso, juntos. Al terminar el día
se despidieron y nunca nadie fue capaz de sacarle una palabra de lo que se
había hablado aquella jornada.
Julián
Iglesias Iglesias falleció en Cáceres en 1887, a los 66
años de edad, dejando esposa y seis hijos vivos.
Vicenta
Caldito Marchena, la esposa de Julián, había nacido en
Brozas en 1844 y falleció en Cáceres en 1919 a los 75 años de edad.
Tras la
muerte de su marido los negocios giraban a su nombre (y así fue hasta su
muerte) aunque el hijo mayor, Dionisio, era quien realmente los
dirigía.
En los
movimientos que se produjeron en España entre los comerciantes reclamando la
creación de Cámaras de Comercio en todas las provincias, fue Vicenta Caldito la
que, junto a otros industriales cacereños, el 24 de noviembre de 1898 firmó el
telegrama que se dirigió al gobierno con dicha demanda y que daría lugar a la
creación de la cámara cacereña en febrero de 1899 cuyo primer presidente fue su
hijo Dionisio.
De los 11
hijos habidos por Julián Iglesias de su matrimonio con Vicenta Caldito 6
llegaron a la edad adulta:
Dionisio
Iglesias Caldito: El mayor, nacido en 1863 y fallecido el 4 de enero de 1924, con
61 años. Permaneció soltero toda su vida y, según me contó su nieta Asunción
Iglesias Zubiaga, jamás consintió que se le tomase una foto.
El mismo año
de la muerte de su padre, en 1887, consiguió la adjudicación, por subasta, de la
colocación del servicio de alumbrado en Cáceres por la suma de 19.000 ptas.
Fue el
primer presidente que tuvo la Cámara de Comercio e Industria de la
provincia cuando se fundó en 1899.
En 1905 y
1906 participó de forma muy activa en la fundación de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad
de Cáceres.
Paula
Iglesias Caldito, nacida en 1864. Se casó con Dionisio
Acedo Castellanos (año y medio más joven que ella). Fruto de este
matrimonio fue el nacimiento en 1898 de Jesús Dionisio Acedo Iglesias
(+1979), director del periódico Extremadura desde 1939 hasta su jubilación en
1971.
Raimunda
Iglesias Caldito, nacida en 1865. Se casó poco después
de morir su padre, contando 22 o 23 años, con Rufino Murillo Vecino
(nacido en Talaván en 1859, hijo de Juan Murillo Valencia, mesonero,
originario de Berlanga, y de Ceferina Vecino Fernández, natural
de Talaván), que fue profesor de pedagogía en la Escuela Normal y ayudó a sus
cuñados en el negocio familiar en tareas de administración.
Fruto del
matrimonio de Raimunda y Rufino fueron:
— Julián
Murillo Iglesias, afamado médico cacereño nacido el 25
de julio de 1889 y muerto el 27 de julio de 1967, recién cumplidos los 78 años;
nieto suyo es el cardiólogo cacereño Jesús María Larrazábal Murillo, que ha
sido Mayordomo de la Cofradía de la Virgen de la Montaña);
— Tomás
Murillo Iglesias (Abogado del Estado y que ejerció como
tal en la Delegación de Hacienda de Cáceres y fue el primer director del
periódico Extremadura, a partir de 1923) y
— José
Murillo Iglesias, fallecido en febrero de 1972, también
Abogado del Estado y fue presidente de la Diputación Provincial; su hija Felisa
Murillo Bernáldez se casó con Juan Rovira Tarazona (1930-1990),
que llegó a ser Ministro de Sanidad en tiempos de la UCD.
Julián
Iglesias Caldito, nacido en 1871 y
fallecido en 1851, a los 80 años. Casado con Primitiva
Zubiaga Chaves, fallecida cinco años después que su marido, en 1956. Fue
miembro de la directiva de la Cámara de Comercio, en la que ostentó el cargo de
Tesorero desde 1918 a 1920, año en que cesó en su actividad como comerciante,
traspasando sus negocios a los Vela. Al mismo tiempo se construyó la casa de
corte modernista de Antón 25, que hace esquina con el paseo de Cánovas, donde
se trasladó a vivir con su mujer e hijos.
Julián Iglesias Caldito y Primitiva Zubiaga Chaves |
Era uña y carne con sus
dos hermanos Dionisio y Carlos (ambos solteros), llevando entre los tres, siempre
en armonía, los negocios familiares. Su hija Asunción, en la entrevista que
tuve con ella el 24 de agosto de 1995 en su casa de San Antón 25 de Cáceres, me
contó la anécdota de que, con ocasión de una grave enfermedad que tuvo su
hermano Dionisio y que lo mantuvo en cama durante dos semanas, Julián
no se apartó de su lado ni un instante.
Primitiva Zubiaga Chaves,
la mujer de Julián, era hija de Valentín Zubiaga Aguirre (y de
Gabriela Chaves) al que su tío Francisco Aguirre se había traído de Respaldiza
(Álava), junto a sus primos Daniel y José Acha.
Valentín Zubiaga fue
socio de Gabino Díez Huertas. De su asociación comercial nació la firma
“Diez
y Zubiaga”, que pasó después a ser “Gabino Díez” y enseguida
a “Sobrinos
de Gabino Díez”.
Según me contó Andrea,
la sobrino de Julián Iglesia, la generosidad de éste distaba mucho de aquella
de la que había hecho gala su padre.
Frutos del matrimonio
fueron 8 hijos:
— Carmen
Iglesias Zubiaga, (nacida en Cáceres en 1900 y fallecida en Sevilla el 2-12-1994,
con 94 años). Casada con Manuel Beca Mateos (*7-2-1895 —
+1-11-1962, con 76 años), abogado penalista de fama, político integrado en la
CEDA y empresario, que había venido
destinado a Cáceres en 1920 como Inspector del Timbre recién sacada su plaza con
tan solo 25 años. Gran aficionado al cine, constituyó la productora
cinematográfica “Sevilla Films”. En 1924 Manuel Beca pidió la excedencia y el
matrimonio se trasladó a Sevilla y tuvieron dos hijos: María del Carmen y
Carlos Beca Iglesias.
Manuel Beca Mateos |
Manuel Beca (marcado con una X), en una reunión de la plana mayor de la CEDA en Sevilla a principios de 1933. Presidía la reunión José María Gil Robles, marcado con (1) |
Reunión de la Minoría Popular Agraria presidida por Gil Robles durante el segundo bienio. Manuel Beca marcado X. |
— Áurea
Iglesias Zubiaga, fallecida con 90 años.
— Manuela
Iglesias Zubiaga, casada con Antonio del Campo, médico del Instituto de
Sanidad en Cáceres. Creo que tuvieron un hijo (Antonio del Campo Iglesias) que
ejerció como anestesista y fue maestro de muchos en Galicia, su tierra de
adopción, donde casó y dejó descendencia.
— Adela
Iglesias Zubiaga, que permaneció soltera y murió con 87 años.
— Julián
Iglesias Zubiaga, único hijo varón, casado con Rosa Albi, de Ávila
(tuvieron 4 hijos: Julián, ingeniero industrial; Joaquín, ingeniero
aeronáutico; Rosa María, enfermera y Carlos, economista. Residen todos en
Madrid excepto Rosa María, que vive en Cáceres.
— Asunción
Iglesias Zubiaga, persona a la que pude entrevistar. Permaneció soltera
hasta su fallecimiento poco después de nuestra entrevista.
— María
José Iglesias Zubiaga, casada con Enrique Fernández, militar, capitán
de la Guardia de Asalto. Tuvieron una hija, María José, casada con Damián Muñoz
García, aparejador del Irida.
— Isabel
Iglesias Zubiaga, casada con Joaquín Jiménez Acedo (hijo de Ramón
Jiménez Hurtado, último heredero de la Imprenta Jiménez) con la que tiene
cuatro hijos:
— María del
Carmen, casada con Faustino Muñoz García, que fue diputado con la UCD en las
Cortes Constituyentes, residentes en Cáceres;
— Isabel,
casada con Alfonso Higuero López-Montenegro y residen en Madrid;
— José
Ramón, casado con María José Labadie Bobo, residentes en Zamora;
— María
Asunción, casada con Juan Luis Ordóñez Carbajal, residentes en Madrid.
Juana
Iglesias Caldito, nacida en 1875 y que se casó dos
veces:
— primero
con José
Candela Galván. Fruto de este matrimonio fue Andrea Candela Iglesias,
a la que me he referido varias veces como fuente de alguna de mis
informaciones. Tras enviudar de José Candela en el año 1904, casó
— en
segundas nupcias con Cipriano Campillo López, procurador
de los tribunales que había llegado a Cáceres en 1907 acompañando a su padre Cipriano
Campillo Parraguer, leonés ponferradino que se vino a Cáceres en dicho
año a ejercer como Escribano en el Juzgado de Primera Instancia. Fruto de este
matrimonio fue, entre otros, el procurador de los tribunales José
María Campillo Iglesias, con el que tuve el gusto de tratar
profesionalmente.
Carlos
Iglesias Caldito, nacido en 1878 y fallecido el 2 de
abril de 1939. Permaneció soltero toda su vida y dedicado a los negocios
familiares. Era asiduo participante en la tertulia que tenía lugar en la
trastienda del comercio.
Creo su celda en La Colmena.. saludos http://www.lacolmenacultural.com/municipios.php?id_municipio=101140001
ResponderEliminarQuien iba a decir que el primero de tan ilustre familia cacereña, expandida después a otras provincias, fue un expósito, auténtico self made man. Yo que pertenezco a una familia con la que entroncaron, lo ignoraba por completo. Admirable cómo salió de la nada.
ResponderEliminarLa casa del segundo Julián Iglesias no es modernista, sino estilo regionalista sevillano. Por Sevilla hay muchas de este estilo y por lo que me han contado mis mayores, así la quiso su propietario.
B.O.P.CC. nº 196 de 8/Junio/1883. Instrucción por robo de dinero la noche el 13/02/83 en la casa Comercio de Julián Iglesias contra Joaquín Blanco y dos personas más. Dado en Cáceres a 30 de Mayo de 1883.- Francisco García Díez, Juez Instructor.- Por su mandado, Pablo Sánchez Calderón.
ResponderEliminarB.O.P.CC. nº 200 de 17/Junio/1887. Instrucción por robo de dinero en la casa Comercio de Julián Iglesias contra José Quiñones y Agustín Rico. Dado en Cáceres a 7 de Junio de 1887.- Manuel Serna Higuero, Juez Instructor.- Por su mandado, Antonio Escobar.
Buenas tardes! Me ha encantado leer este artículo que habla de la familia de mi abuelo, Tomás Murillo Iglesias. Muchas gracias por recordarnos el pasado cacereño
ResponderEliminarInteresante artículo!
ResponderEliminarFaltan los descendientes de Paula Iglesias Caldito, de donde yo desciendo. Nieta de Pedro Acedo Iglesias.
ResponderEliminar¿Alguien puede confirmar a los descendientes?, Creo que también estaba Carlos Acedo Iglesias (Farmacéutico) Pedro (Abogado) y Dionisio (Director del periódico de Extremadura)
EliminarEse cuadro de Julián Iglesias Iglesias pintado por Conrado Varona está en casa de mi madre
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