Hijo de Pedro
Hernández y Filomena Moreno. Nació en Garganta la Olla el 10 de junio de 1885,
de donde se fueron sus padres, que eran maestros, aquel mismo verano destinados
a Torrejoncillo.
Getulio en El Requeté. 1956 aproximadamente |
El matrimonio tuvo
siete hijos: Cristina, Isabel, Paula, Tomasa, Getulio, Pedro y Juana. Casadas
las dos hermanas mayores y solteras las dos pequeñas. Paula se metió a monja. Los
dos varones también se casaron.
Los padres, como
todos los maestros de la época, cobraban poco, por lo que Getulio se vino a
Cáceres en 1899, con 14 años, entrando inicialmente de aprendiz con el pariente
de su padre Tomás Pérez, pasando luego a la dependencia de Víctor García
Hernández, que lo envió como encargado a la tienda que tenía en Hervás. De allí
pasó, en 1914 y también como encargado, a Navalmoral.
Pasados un par de
años Getulio planteó a su principal, Víctor García, su deseo de instalarse por
su cuenta en Navalmoral, para lo que contó con toda la ayuda de Víctor García
al facilitarle la adquisición de todo el producto que necesitaba para arrancar
por cuenta propia. Instaló su negocio en un local que hacía esquina en las
calles Vista Alegre y Cid (actualmente denominada la primera Duque de Peñaranda)
y se casó con Ángela del Monte Sánchez, natural de Navalmoral, hija del
practicante y barbero Eulogio del Monte Moreno y de Joaquina Sánchez.
Del matrimonio nacieron
3 hijos: Paula, en 1919 (que se hizo maestra); Getulio, que murió a la edad de
año y medio y Carmen (que hizo primero Magisterio y después la licenciatura en
Filosofía y Letras).
Paula Hernández del Monte |
Carmen Hernández del Monte |
Nada más llegar a
Navalmoral Getulio se sintió interpelado por la pobreza generalizada en que
vivía buena parte de la población, por lo que participó en la fundación de la
Sociedad Obrera de Socorros Mutuos de Navalmoral “La Redentora”, perteneciendo
a su primera junta directiva como vocal.
Siendo un hombre con
ansia de cultura, le gustaba leer e, influido de manera notable por las obras
de Emilio Zola perdió la fe que había practicado desde pequeño.
Los graves
acontecimientos vividos en toda la provincia en junio de 1920, y especialmente
en Navalmoral, a raíz de la crisis de subsistencia, hicieron que Getulio tomara
una profunda conciencia social, acercándose a las posiciones ideológicas de
izquierda de la Federación Obrera Morala, integrada en la CNT-AIT, a la que se afilió
y ocupó el cargo de secretario.
Su gran preocupación
por la clase trabajadora le hizo adoptar dos decisiones: la primera fue hacerse
contratista de obras de una carretera para poder contratar parados. Los
beneficios de la obra, 16.000 ptas. los puso a disposición de los que habían
trabajado en la misma para que constituyeran una cooperativa. Ante la negativa
de éstos, que no deseaban aceptar los riesgos derivados de una actividad
empresarial y sin que valieran argumentos que los convencieran, se limitó a
repartir entre los mismos el beneficio conseguido.
La otra decisión fue
darse de alta en una matrícula que le permitiera vender de todo, tanto en
Navalmoral como en los pueblos de alrededores.
La clave de su
negocio la centró tanto en la realización de compras al mejor precio posible
como en que sus empleados fueran los mejor pagados. Con ello conseguía poder
ofrecer sus productos a precios muy económicos y servidos por una dependencia
satisfecha, lo que le reportó, a la vez, mucha clientela y la enemistad del
resto del comercio de la ciudad.
En 1926, cuando el
ayuntamiento moralo pretendía construir un puente sobre el río Tiétar en el
camino que va de Navalmoral a Jarandilla y resultando que los bancos no daban
el préstamo para la obra al ayuntamiento, Getulio se prestó, junto con otras
personas, a solicitar el préstamo a su nombre para poder financiar la obra (1).
Factura de Getulio de 1932. Plenamente integrado en la vida de Navalmoral de la Mata |
En 1931 participó
con otros empresarios moralos de la más diversa ideología en la fundación del
Gremio Patronal Mercantil, ocupando la presidencia del mismo.
Sus buenas
relaciones con la Federación Obrera y los republicanos hicieron que a la
llegada de la República se le llegara a ofrecer tanto la presidencia de la
Diputación Provincial como la alcaldía de Navalmoral, ofertas ambas que rechazó
en cuanto supondrían un cierto abandono de sus negocio. Participó, sin embargo,
en las elecciones municipales de abril de 1931 dentro de una candidatura de
CNT-AIT siendo, de todos los candidatos que se presentaron, el que obtuvo mayor
número de votos (2) siendo elegido por la Corporación como “Regidor Síndico”.
Primera página del libro contable nro. 3. En ellos anotaba las ventas al detall y al "fiao" |
El vivir de cerca el
gobierno municipal y ver la práctica de gobierno de sus correligionarios, con
prácticas no demasiado transparentes, le decepcionó profundamente por lo que
renunció a la concejalía e inició un paulatino alejamiento de cualquier
posición política.
Ventas al "fiao". Año 1935. Siempre ayudando al que no podía. |
Cuando comenzó la
Guerra Civil, Getulio estaba completamente apartado ideológicamente de
socialistas y republicanos. No obstante, fue detenido el 8 de agosto, ingresado
en la prisión de Navalmoral y trasladado inmediatamente a la prisión provincial
de Cáceres, en la que ingresó el día 10 del mismo mes.
Anotaciones contables del 18 de julio del 36. ¡Qué poco se imaginaba lo que se le venía encima! |
Tras ser detenido
fueron nombrados Juan Agúndez y Cristóbal Mendieta para valorar las existencias
de Getulio en su establecimiento de Navalmoral. Su esposa sacó adelante a la
familia con los ahorros del negocio, permaneciendo en Navalmoral hasta el 14 de
agosto de 1936. De allí se fueron andando a Talayuela, donde pernoctaron en
casa de un comerciante, cliente de Getulio. Al día siguiente marcharon a Casatejada,
donde tenían familia.
Fue procesado,
pasando consejo de guerra en Cáceres, el 27 de febrero de 1937, siendo la
sentencia dictada absolutoria.
Permaneció recluido
en la prisión Provincial hasta el 27 de mayo de 1938, fecha en que fue puesto
en libertad condicional y desterrado al pueblo de Torrejoncillo.
En el Consejo de
guerra se llegó a pedir para él pena de muerte, por lo que envió una carta a
sus hijos despidiéndose. Su esposa y su hija Paula vinieron a Cáceres a ver al
abogado, militar, que era Martín de Eugenio. Se hicieron presiones tratando de
conseguir su liberación, tanto por parte de su hermano Pedro Hernández, como
por la hermana monja, que fue la que más influyó.
Durante su estancia
en la cárcel fue visitado por el sacerdote Segundo García (hermano de Juan
García, el “Cartero Poeta”), volviendo a la religión.
Al ser dejado en
libertad condicional en mayo de 1938 no se le permitió volver a Navalmoral,
siendo desterrado, como se ha indicado, a Torrejoncillo, donde tenía que
presentarse a diario en el Cuartel de la Guardia Civil. Hasta la finalización
de la guerra vivió de la compraventa de frutas.
Estuvo buscando
locales en Galicia; también en Plasencia, donde se le permitió instalarse desde
finales de 1938 hasta el verano de 1939.
En 1939 vino a vivir
a Cáceres, instalando su domicilio en la Cuesta del Maestre. Todavía tenía que
presentarse regularmente en el Gobierno Civil, obligación de la que fue eximido
al poco tiempo.
Fue al terminar la
guerra cuando se le pagaron 95.000 ptas. que era en lo que Agúndez y Mendieta
habían tasado las existencias de su comercio en Navalmoral, así como lo que
quedaban de existencias.
De nuevo en activo. Las anotaciones contables nada tienen que ver con la serenidad de las anteriores. |
Al cerrarse el cuartel
y hospital de los Requetés, que había estado en los bajos del edificio de Avda.
de España 1, alquiló una habitación de la planta baja y montó allí el negocio,
totalmente familiar que atendía él personalmente, ayudado por una tía suya,
hermana de su madre. Su hija Paula aprendió contabilidad para llevar la del
negocio aunque luego también se hizo maestra, aprobó las oposiciones y fue
directora del colegio de la Montaña durante más de 30 años.
Tras la guerra, con
las dificultades para abastecerse, marchó a Barcelona, logrando recuperar a los
proveedores que había tenido antes de la guerra y a los que un sobrino suyo
(para quedarse con ellos) les había dicho que Getulio había muerto. A pesar de
las dificultades del racionamiento, cupos, etc... consiguió aprovisionarse bien
y empezó a captar clientela en Cáceres.
La fiscalía de tasas
le cerró el establecimiento dos veces. La primera por tres meses a causa del
precio de unos calzoncillos.
Hasta 1950 no entró
a formar parte del negocio el primer empleado: Gonzalo Domínguez, que le había
ayudado en algunas ocasiones.
También a finales de
1950 se incorporó al negocio Francisco Aniceto Nacarino Campón, que en el
verano de ese año se había casado con su hija Paula. Francisco era maestro y
oriundo del Casar de Cáceres. Hijo de Apolonia Campón Domínguez y de Matías
Nacarino Vinagre, que había fallecido bastante joven. Su madre se había venido
a Cáceres traída por su hermano Pascual Campón, y se había casado con el
comerciante Matías Nacarino Vinagre, que estaba instalado con una tienda de
ultramarinos en el número 4 de la calle Moret.
Francisco Aniceto Nacarino Campón se incorpora a la saga familiar de Getulio |
Foto de boda: Ángela del Monte, Getulio, Paula, Francisco Aniceto y su madre Apolonia Campón |
Getulio siempre
había tenido claro cual debería ser la clave de su negocio: el grueso del
beneficio debía obtenerlo cuando compraba y el más pequeño cuando vendía. Así
instruyó a los más avispados de sus empleados para que fueran sus gestores de
compras y siguieran la política que él mismo había seguido: recorrían toda
España, visitando fábricas de género, de confección, de mercería. Comprobaban
las existencias que tenían las fábricas y hacían compras en grandes cantidades
pagando siempre en efectivo. Con ello lograban obtener unos precios increíbles,
pues libraban a los fabricantes de sus stocks. Esto permitía a Getulio vender a
precios muy competitivos tanto a los innumerables pequeños comerciantes de
Cáceres y Badajoz a los que surtía, como a su clientela en general.
En 1951 Getulio pudo
comprar parte del tercer piso, trasladando allí el domicilio familiar que hasta
entonces tuvieron en la Cuesta del Maestre. Más tarde el primer piso. En 1956
pudo comprar todo el resto del edificio.
Getulio en El Requeté. 1956 aproximadamente |
De nuevo Getulio. En torno a 1960 |
Como el negocio
estaba donde durante la guerra estuvo el cuartel de los requetés, el pueblo
comenzó a llamarlo “El Requeté”, nombre que adoptó Getulio. A veces, y en
círculos de amigos, decía con cierta sorna: “Hay que ver, ¡y que a mí me llamen
“El Requeté!”.
La gran conciencia
social que Getulio había tenido en los años previos a la Guerra Civil, nunca le
abandonó. Siempre se preocupó por sus trabajadores, como todos ellos han testimoniado
en diversas ocasiones. Siempre procuró que estuvieran cubiertos por los seguros
correspondientes.
Póliza de accidentes de trabajo. 1953. Getulio siempre pendiente de los trabajadores |
Recibo de primas de seguro. Febrero de 1966. Getulio murió diez meses después |
Getulio mantuvo
desde muy poco después de su instalación en Cáceres, muy buena relación e,
incluso, amistad personal con don Leocadio Durán, el fundador de los Esclavos
de María y de los Pobres y de la Casa de Misericordia de Alcuéscar. Con
mucha frecuencia Getulio donaba para la obra del P. Leocadio mucha mercancía
para vestir y atender a los acogidos de éste.
Con el P. Leocadio Durán y Gonzalo Domínguez, el primer empleado que tuvo |
Con el P. Leocadio, su amigo y a cuya obra tanto benefició |
La plantilla creció
con rapidez, pasando por los mostradores del Requeté bastantes personas que,
con los años, montarían sus propios negocios destacando algunos de ellos por el
gran empuje comercial que han tenido, como es el caso especialmente, de José
Rojo Herrero.
También tuvo la
costumbre de organizar, varios veranos, salidas con sus trabajadores a diversos
puntos de España.
1968. Viaje de la plantilla a Santiago de Compostela. Francisco Nacarino, quinto por la derecha |
Empleados ejemplares. De izquierda a derecha: José del Amo, Lorenzo, Justo Vela Herrero y José Rojo Herrero |
Fracisco Aniceto (primero por la derecha) con una parte de la amplia plantilla |
Francisco Aniceto (tercero por la derecha de los que están de pie) y parte de los empleados |
Al sentir que su
salud empeoraba, creó la razón social “Hija de Getulio Hernández” y puso a su
hija Paula como única dueña del comercio, con la condición de que no desatendieran
nunca a Carmen, la otra hija.
Getulio falleció en
Cáceres el 2 de diciembre de 1966, a los 81 años de edad.
APÉNDICE.-
En la madrugada del
7 de junio de 1988 un voraz incendio redujo a cenizas todo el contenido del
edificio donde Getulio Hernández Moreno había podido realizar sus sueños. Se
perdieron no solo todo el género que tenían almacenado, sino también los
enseres personales de Paula Hernández y Francisco Nacarino, que seguían
viviendo allí y pudieron ser rescatados a tiempo. Fotografías, recuerdos,
escritos, documentos… todo desapareció presa de las llamas.
El Requeté pudo
sobrevivir porque sus dueños siguieron
mirando adelante. En los primeros días tras el incendio, la Cámara de Comercio
les cedió sus salones para que, desde ellos pudieran montar toda la estrategia
de funcionamiento en los primeros meses. La Diputación Provincial les alquiló
la Sala de Exposiciones de Artesanía que tiene en la calle San Antón y allí
tuvieron su establecimiento de venta al por menor durante bastante tiempo. A la
vez, pudieron seguir vendiendo al por mayor en una nave que tenían en el
Polígono de las Capellanías.
Ocho años después de
la tragedia, en marzo de 1996, se abrió el nuevo establecimiento, en el mismo
lugar de siempre pero en una construcción de nueva planta.
El 8 de marzo de
1996 tuvo lugar la ceremonia de inauguración oficial, invitándose a autoridades
y empresarios.
Invitación personalizada al acto de presentación de las nuevas instalaciones. Tres días antes de la apertura al público. |
Y el 11 de marzo
abrieron al público los nuevos locales. Para la ocasión se hicieron unas
bonitas invitaciones alusivas a la primavera. Al abrir la invitación se abría
también una flor de papel que estaba plegada en su interior.
Igualmente se
confeccionaron pin publicitarios para la ocasión.
Invitación a la apertura al público el 11 de marzo de 1996. La invitación se abría y dentro tenía una flor de papel. |
Flor de papel dentro de la invitación a la apertura de las nuevas instalaciones. 11 de marzo de 1996 |
"Pin" de regalo el día de la apertura de las nuevas instalaciones |
Aspecto exterior de las nuevas instalaciones |
(1) Domingo Quijada González, Cronista
Oficial de Navalmoral: Getulio Hernández
Moreno («El Requeté»): Su actividad sociopolítica (1915-1936) en Navalmoral de
la Mata
(2) Ibid.
muy INTERESANTE. Gracias
ResponderEliminarMe ha resultado curioso, como antigua empleada del requete que soy, estuve allí alrededor de 9 años, (ahora tengo una tienda de decoración y de trajes de flamenca en Malpartida de Cáceres) Pasé por varias de las tiendas como dependienta en diferentes secciones y desde luego recuerdo perfectamente la inauguración de la última tienda que es la que hay en una de las últimas fotos que habéis puesto, qué recuerdos..., yo las fotos que tengo con mis compañeros/as son mucho más modernas, lógicamente.
ResponderEliminarMuy interesante resúmen histórico. Gracias por publicarlo.
ResponderEliminarQué bien me hablaba de sus buenas obras nuestro amigo Claudio que también fue dependiente.
ResponderEliminarClaudio era una persona trabajadora, honrada, cursillista de Cristiandad,católico, humorista, emprendedor, buen padre de familia, caritativo y gran amigo y persona.
¡Cómo admiraba a su antiguo patrono! ¡Y con cuanto cariño!
Estarán riendo los dos allá arriba en el cielo.
Doy fe de ello. Siempre lo mentaba y lo tenía de referente en su día a día.
EliminarInteresantísimo el artículo. Muchas gracias.
Qué interesante historia la de Don Getulio.Mi madre era clienta asidua al Requete.Que gran persona y solidario. ¡Admirable!Qué vida tan interesante y con que dignidad siguió adelante.Muy triste lo del incendio.Felicito a los familiares de Don Getulio Hernández.Qué honor conocer la historia de un extremeño trabajador,inteligente y Bueno.
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