En Wikiloc: pulsar aquí
Organizada por la Sección de Senderismo
de la empresa Catelsa-Cáceres y realizada el sábado 18 de abril. Día soleado
pero en el que nos sorprendió la baja temperatura de primera hora de la mañana,
aunque luego templó.
La Sierra de San Pedro, en sentido
amplio, se extiende desde Aliseda hasta Alcuéscar. Ya casi en su
final pueden independizarse dos pequeñas sierras: primero la de la Lombriz,
que en un 90% de su extensión está dentro de la provincia de Cáceres y,
en el extremo, la pequeña Sierra del Centinela, también en
esta provincia y en el término municipal de Alcuéscar.
La ruta se desarrolla, pues, en más del
60% de su recorrido por tierras de la provincia de Cáceres, aunque
Iniciamos y concluimos el recorrido en Carmonita (provincia de Badajoz)
solo por la comodidad de acceso.
El desnivel de la ruta es de unos 300
metros, de los que 200 se hacen muy cómodamente y los 100 restantes es una
subida, también muy cómoda, que se inician cuando se llevan unos 13 kilómetros
de ruta y se extienden durante 1,5 kilómetros de recorrido, lo que arroja un
escaso 7,5% de desnivel.
Salimos de Cáceres sobre las 8 de la
mañana y en un cómodo y rápido viaje por la E-803, o Autovía
de la Plata, vamos hasta el “Cruce de las Herrerías”, donde
abandonamos la autovía para tomar primero la antigua N-630 en dirección a Sevilla
para, enseguida, desviarnos a la derecha por la CCV-78 que nos llevará a Carmonita
en un santiamén. Esta última carretera cambia su denominación al cruzar el
límite de provincia, pasando a denominarse BA-099.
Aprovecho para señalar que en este
punto (donde se deja la N-630 para entrar en la CCV-78),
al regreso nos incorporamos directamente desde ésta última a la Autovía.
Es curioso, pero aquí la Autovía NO tiene salida para ir a Carmonita,
pero SÍ tiene entrada cuándo se viene para acá. Seguramente, cuando
construyeron este tramo, solo contaban con presupuesto para hacer la entrada y
salida en una sola dirección.
Pudimos aparcar, sin problema, en la
misma entrada del pueblo, en la calle Luis Chamizo, justo en el sitio
donde ésta se divide en dos. Desde ahí bajamos, por la calle de la izquierda,
hasta la Plaza de España, donde está el edificio del Ayuntamiento
y la Iglesia
parroquial de Santa María Magdalena.
Pasando por delante del Ayuntamiento,
cruzamos toda la Plaza de España y seguimos la calle Constitución hasta el
final, donde giramos a la derecha para salir del pueblo.
Ya en la misma salida encontramos el
aviso de la existencia del Dolmen de Carmonita, que vamos a
poder visitar en pocos minutos.
Y ahí mismo, a la izquierda del camino,
una casa-nave, para cuya decoración exterior han utilizado un buen número de
antiguos bebederos de piedra.
En pocos minutos llegamos al dolmen,
situado a la derecha del camino, al que se puede acceder por unas verjas que,
por lo que parece, se encuentran siempre abiertas.
Personalmente me resulta un poco
descorazonador ver que el entorno del dolmen se ha convertido en merendero, con
asientos, mesas, etc… No quiero ni imaginarme la utilización que los habituales
del merendero harán de los ortostatos que conforman la formación megalítica.
Ello por no hablar del estado de conservación del mismo, de las excavaciones
realizadas en el lugar y del expolio a que ha sido sometido el monumento,
saqueo lamentable como tantos otros realizados en nuestra región.
El dolmen, como es normal en todo este
tipo de monumentos, tiene orientado su corredor al este de modo que la persona
allí enterrada pudiera recibir la luz solar al levantarse el astro rey a
primera hora de la mañana.
Como prefiero no explayarme en
comentarios propios, transcribo lo que los investigadores Juan Javier Enríquez Navascués,
José
Jiménez Álvarez y Antonio Haya Ignacio describen en su
artículo “El dolmen de Carmonita” publicado en el número 11-12 de “Norba.
Revista de Historia” correspondiente a los años 1991-1992 (página 11).
“Su estado de
conservación es sólo mediano, pues el arrasamiento producido por las faenas
agrícolas en su alrededor y la excavación incontrolada sufrida por la
"operación rescate" han provocado que ciertos elementos estructurales
se encuentren casi perdidos, mientras otros sólo es posible analizarlos de
forma parcial. Por el interior de la cámara toda la estructura fue rebajada a nivel
de cimentación y un ortostato fue extraído, aunque aún puede apreciarse su
impronta. Otro se encuentra ligeramente vencido, otro más claramente movido y
es posible que alguno más esté ligeramente desplazado de su lugar original. Por
el exterior, el túmulo ha sido rebajado casi por completo, lo que ha hecho que
de una manera dispersa se encuentren, bien visibles, bloques medianos de piedra
granítica y multitud de lajas de pizarra por todo el entorno. Por consiguiente,
como en tantos otros dólmenes extremeños, en este de Carmonita tampoco es ya
posible efectuar un análisis preciso de estructura y ajuar, sino sólo
documentar lo que queda en pie de la construcción y una evaluación de la
muestra del ajuar recuperado. Los objetos del ajuar aquí incluidos fueron
obtenidos por dos de nosotros cribando unos montones de tierra que estaban situados
fuera de la cámara, pero sabemos que existen otras piezas en manos de
paniculares, algunas de ellas depositadas en la Colección de Prehistoria que
tiene en Ayuntamiento emeritense expuestas en sus dependencias del llamado
"Costurero".”
También del trabajo indicado obtengo
los detalles que doy a continuación, sin entrecomillado.
Se trata de un dolmen con cámara de
3,10 por 2,80 mts. (cámara ovalada, pues), compuesta por 10 ortostatos
inclinados al interior, apoyados entre sí, que tienen una altura máxima de 2,20
mts. y un espesor medio de 40 cms.
El corredor es de los denominados
“largos”, pues tiene algo más de 4,90 metros de longitud por 70 cms. de anchura
y unos 50 de altura. Su lado norte (derecha según se mira a la cámara) está
compuesto por cuatro grandes piedras de estructura más o menos rectangular
mientras que el lado sur (izquierda) lo componen tres bloques.
No existe en el lugar traza alguna de
las losas que debieron servirle de cubierta, si bien he de indicar que cuando
estábamos terminando la ruta, y ya casi a la entrada del pueblo (lo volveré a
señalar en su momento), antes de cruzar el puentecillo que salva el Regato del
Trampal, vimos tapando el brocal de un pozo, y justo al lado derecho del inicio
del puente, dos grandes losas que tienen toda la pinta de haber sido
trasladadas desde aquí. Inserto aquí mismo las fotos del dolmen y, a
continuación, la de las losas.
El túmulo es fácilmente observable.
Los profesores antes indicados
excavaron el lugar y pudieron obtener 156 restos de cerámica (alguna de ella
decorada), y hasta 58 de otros objetos como puntas de flechas, cuchillos de
sílex fragmentados, etc… También un hacha de esquisto y 16 fragmentos de
pizarra con motivos grabados.
Salimos del área de recreo donde está
el dolmen para continuar el camino, dejando a nuestra derecha el Cerro
de Quebrantahuesos para llegar en seguida a la altura del Cortijo
de la Huerta del Rosal, que vemos también en lo alto y a la derecha
Durante un buen trecho nos encontramos
agua en el camino. Por zonas el camino se embarra, teniendo que tener cuidado
para evitar resbalones. En otras el agua embalsada es bastante, pero siempre
encontramos piedras, generalmente al lado izquierdo, que nos ayudan a vadear.
Es normal, ya que estamos caminando sobre el cauce del Arroyo de la Huerta del Rosal
que, a trozos, comparte ubicación con el camino.
Las fincas que hay a derecha e
izquierda se encuentra bien cuidadas y limpias, con abundantes alcornoques a
los que se ha extraído el corcho hace, al menos, uno o dos años.
Por un paso soterrado cruzamos al otro
lado de la infraestructura del AVE, paralizada en su ejecución
desde hace tiempo.
La ruta que estamos haciendo tiene, a
grandes rasgos, la forma de un triángulo. El punto en el que nos encontramos, a
5,5 kms. del punto de inicio, está ya casi en uno de los vértices del
triángulo, que nos vamos a encontrar enseguida. Y es que estamos en Puerto
Viejo. Como decía al principio, a partir de este punto vamos a recorrer
la parte final de la Sierra de San Pedro, a partir de
este punto denominada “Sierra de la Lombriz”. El punto en
que nos encontramos es el Puerto Viejo, por el que se accede
al otro lado de la Sierra sin tener que subir a lo alto de la misma.
A nuestra derecha el Cerro
del Puerto Viejo (557 metros) y a nuestra izquierda el Cerro
de la Mezquita (531 metros). Entre ambos cerros, el acceso de uno a
otro lado: Puerto Viejo.
Justo por debajo de nosotros, por
debajo del Cerro de Puerto Viejo, discurre el túnel para el paso del AVE
al que ADIF, la empresa constructora, le puso el nombre del cerro bajo
el que pasa: Túnel de Puerto Viejo. Se trata de un túnel tipo monotubo de
doble vía, con una sección libre de 105 metros cuadrados. La excavación del
mismo comenzó en enero de 2010 y los trabajos duraron casi un año ya que la
perforación completa se terminó en diciembre. Su longitud total es de 1.000
metros, de los que 700 son de túnel en mina y los otros 300 están
constituidos por falsos túneles. Este túnel fue sido diseñado para el tráfico
mixto de trenes de mercancías y pasajeros, con velocidades superiores a 300
Km/h.
Las labores de excavación del túnel se
realizaron mediante el denominado Nuevo Método Austriaco, que consiste
en la realización de la excavación en tres fases: en la primera (denominada de
avance), se excava y se sostiene la zona superior de la sección, con
una altura de gálibo de 6,1 metros. En la segunda (denominada de
destroza) se excava y se sostiene la zona inferior de la sección, con
una altura de 4,5 metros. Por último, se excava y se hormigona la contrabóveda
del túnel. Una vez concluido el sostenimiento y el cierre de la sección
completa, se realizan las labores de impermeabilización y revestimiento del
mismo.
Como decía anteriormente, hemos llegado
al primero de los vértices del triángulo que es la ruta. Llevamos recorridos
6,8 kilómetros y nos encontramos en este punto con una verja cerrada con
candado. Ante el obstáculo, unos optan por pasar por debajo de la verja, pues
hay hueco que lo posibilita, mientras que otros optan por el salto.
Nuestra sorpresa llega cuando, pocos
metros más allá, volvemos a encontrarnos otra verja que corta el paso. Pero en
esta ocasión observamos que, por su lado derecho, la tela metálica está cortada
y apartada a un lado, con lo que puede pasarse ahora sin ningún tipo de
problema ni salto.
Ahora caminamos entre abundantes jaras
(todas ellas florecidas) y en claro ascenso y describiendo, una curva para
rodear la loma del Cerro de Puerto Viejo. Esto nos permite contemplar, desde lo
alto, el trazado de la línea del AVE que bien podría confundirse con
una carretera pues tal es lo que parece al no existir ni una traviesa ni una
vía que sugiera lo que en realidad es. El túnel al que me refería más atrás
comienza justo debajo de nosotros.
Por encima de nosotros y a nuestra
izquierda, las dos grandes antenas que coronan el cerro. Pasamos junto al
camino que sube hasta ellas (la distancia no llega a 100 metros), pero
desistimos de acercarnos pues ello no aporta nada a la ruta.
A poco más de 500 metros de donde
arranca el camino que sube a las antenas hay varias colmenas de abejas
puestas por apicultores. Están en el mismo camino, un poco a la derecha, en un
claro, por que se ven perfectamente antes de llegar a ellas. Conviene pegarse
bien a la izquierda y pasar rápido sin meter mucho ruido. Mejor dejarlas en paz
que hagan su trabajo. Alguna crónica he leído por ahí de algún senderista que
tuvo que pegarse una buena carrera para evitar ser picado.
Poco más allá, entre las jaras,
encontramos a dos habitantes de la zona. Uno de ellos está dando buena cuenta
del otro: se lo ha puesto de bocadillo.
Nosotros sufrimos un pequeño despiste y,
en un punto determinado en que el camino se bifurcaba, tomamos por el de la
izquierda, en ligero ascenso, cuando en realidad deberíamos haber seguido por
el de la derecha. A los efectos oportunos, dejo el correspondiente waypoint y
esta foto en la que Roberto indica el camino correcto, mientras Diego,
detrás, patentiza con su gesto el despiste sufrido. y ¡¡OJO!!, porque la flecha
pintada en una piedra que está en el suelo es la que nos condujo a error. El
camino correcto es POR LA DERECHA según nuestro sentido de la marcha.
Todo el camino llanea ahora entre
algunos eucaliptus y multitud de jaras que se extienden por centenares de
metros alrededor de nosotros. Comentamos que casi parece nevado por la
abundancia de flor blanca. Y el olor… fantástico.
A nuestra derecha los embalses
de Horno Tejero y el Embalse del Boquerón (en la foto a
la derecha e izquierda, respectivamente) y detrás y entre ambos, Cordobilla
de Lácara.
Este tramo de la ruta, que vendría a
ser la hipotenusa del triángulo que dibuja el recorrido, se asemeja a los
dientes de una sierra, lo que me llamó la atención la primera vez que vi el
track. Tanto “sube-y-baja” se debe al recorrido por las faldas de los
pequeños cerros que componen la Sierra de la Lombriz, ya que el
recorrido no es por la cuerda de la misma, sino por sus laterales, de modo que
se van rodeando unos y otros, dibujando así el curioso zigzagueo.
Tras una de estas vueltas llegamos a un
punto en que, a nuestra izquierda, hay una cancela y un paso canadiense. Es el Puerto
de San Blas y aunque queda ligeramente fuera del recorrido merece la
pena pasar la canadiense para contemplar las fenomenales vistas que, desde el Puerto,
hay al otro lado de la Sierra, hacia la provincia de
Cáceres.
A mero título de curiosidad diré que
exactamente en este punto confluyen los territorios de cinco términos
municipales.
Delante de nosotros, a lo lejos, distinguimos
Casas
de Don Antonio y Aldea del Cano, con el Embalse
de la Zafra a la derecha. También queda, casi debajo de nosotros, el Cortijo
de Paredes de Palomares, en la Dehesa del mismo nombre y, detrás,
la charca que alimenta el Arroyo de San Blas.
Cuando retomamos el camino vuelve a
quedar ante nuestra vista el lado contrario, la provincia de Badajoz nos percatamos, por primera vez, de las
instalaciones del Balneario de Fuentes del Trampal (por el que pasaremos poco más
tarde) que gracias al teleobjetivo que llevo puedo acercar bastante, así como Carmonita
y Cordobilla
de Lácara detrás del Embalse del Boquerón.
Ahora estamos rodeando el Pico Lombriz
(698 metros), la altura más elevada de toda esta formación geológica, que
remata el Cerro del Canchal. Es aquí donde hay que superar el mayor
desnivel de toda la ruta (100 metros, a recorrer en 1,5 kms., lo que no
representa esfuerzo alguno) y que nos permitirá llegar al que es,
probablemente, el mirador más espectacular de toda la ruta (está 100 metros más
alto que el anterior mirador, el del Puerto de San Blas), con vistas
sobre la provincia de Cáceres: Montánchez y la Charca
del Cura (que pertenece a Alcuéscar pero, que por efecto
óptico, vemos delante de Montáchez).
Vemos también, más a la derecha, Alcuéscar,
con la Charca de la Albuera delante y, a su derecha, el Calvario,
el cerro donde se ubica la Ermita de la Virgen de Fátima, que
también llegamos a distinguir.
Volvemos a divisar Casas de Don Antonio, con
su destacada torre de la iglesia del pueblo por encima del resto de los
tejados.
Muy lejos a nuestra izquierda
(demasiado para poder obtener una foto de mediana calidad), Sierra
de Fuentes, al pie del final de la Sierra de la Mosca, con su antena
redonda y blanca en lo alto, junto al Risco.
Satisfechos con las vistas contempladas
y comentando que la ruta es realmente preciosa, continuamos el camino. Nos
queda rodear los tres últimos cerrillos de la Sierra de la Lombriz para llegar
al segundo vértice del triángulo que es la ruta de hoy. Dicho vértice coincide
con el Puerto de Carmonita, lugar por el que ha pasado una máquina
excavadora abriendo un cortafuego y arrasando el camino por el que hemos de
pasar. La tierra acumulada nos obliga a saltar el túmulo y un eucaliptus que la
excavadora ha tirado al suelo. Y justo en el mismo lugar, una alambrada,
vencida por la tierra y ubicada en el mismo talud, pudiera provocar algún
tropezón.
Mucho ojo, porque en este punto hay que
girar a la derecha. Es muy fácil confundirse porque, con giro a la derecha hay
dos caminos que van a ir paralelos durante más de un kilómetro. Uno comienza ANTES
de saltar el eucaliptus, la acumulación de tierras y la alambrada. El otro lo
hace DESPUÉS de saltar lo anterior. El correcto es el segundo. Es decir, hay
que saltar y, enseguida, girar a la derecha y continuar, en una ligera
pendiente en descenso, paralelos a la alambrada y al otro camino.
Caminamos ya derechos en dirección a Carmonita
e iremos dejando, a nuestra izquierda y durante un buen trecho, el Regato
el Trampal de Carmonita, cuyas aguas invadirán el camino más adelante.
A nuestra izquierda encontraremos
restos de dos construcciones que hace ya muchos años que debieron ser
abandonadas por sus dueños, separadas unos doscientos metros una de otra.
Como ya he indicado antes, el Regato
del Trampal de Carmonita impone su ley y discurre por lo que hoy es
camino y que, probablemente, un día debió ser su cauce natural, lo que nos
obliga a ir sorteando el obstáculo sin mayores dificultades.
Entre las jaras aparece a nuestra
vista, ya cercano, el Balneario. Según nos acercamos me
doy cuenta que las instalaciones, al menos exteriormente, son bastante mejores
de lo que a primera vista me habían parecido. A la vista tenemos un amplio
aparcamiento cubierto y una zona ajardinada por la que parece que se accede a
las instalaciones. En el exterior otro aparcamiento. Un cartel informa que las
obras de ampliación (de algo más de 1,327.000 euros) fueron doblemente
subvencionadas por un importe total de algo más de 345.000 euros. Un 26%, que
no está mal.
A partir del Balneario caminamos
durante casi un kilómetro por el camino que ahora está preparado con losetas
que hace comodísimo y agradable el caminar.
A mitad de este recorrido vemos, a
nuestra derecha, los restos de un antiguo molino, apreciándose muy
bien la conducción de agua y el depósito al final del canal desde el que el
agua debía caer para mover los engranajes.
Y ya al final de este camino tan
cómodo, donde comienza otra vez la tierra, veo también a la derecha otro
molino de similar factura al anterior. Aunque no puedo apreciarlo bien
(habría que verlo por dentro), me da la impresión que la casa donde se ubicaban
las instalaciones de lo que fue el molino se conservan aún.
Hay que andar atentos, porque unos 500
metros después del segundo molino hay que tomar un camino que sale por la
derecha en un ángulo de 90º. Nos puede servir de orientación una gran cancela
de color verde que hay en el lugar y una graciosa chimenea con “sombrero” de aluminio
justo enfrente.
Cuando estamos a punto de entrar en el
pueblo, un pequeño puente nos ayuda a cruzar sobre el Regato del Trampal. Ante
de pasarlo, a la derecha del puentecillo, podemos ver un pozo cuyo brocal está
tapado con lo que me parece que podrían ser algunas de las losas que constituían la
cubierta del Dolmen de Carmonita que vimos al principio. No soy arqueólogo
ni experto en la materia, pero por las losas que he visto en otros dólmenes,
juraría que proceden de allí.
Desde el puentecillo anterior no hay
más que seguir de frente para, en apenas 200 metros, llegar de nuevo a la Plaza
de España, donde se ubica el Ayuntamiento.
No nos fijamos al inicio de la ruta
pero sí ahora, cuando acabamos. Nos llama la atención, y así lo comentamos, que
es el único Ayuntamiento que conocemos que tiene, justo delante de la puerta y
a poco más de metro y medio de distancia, un bar que cuenta con una amplia
caseta de obra, una ampliación de aluminio y cristal y otra segunda ampliación,
que tapa toda la fachada del Ayuntamiento, de lona. Lo último
quizá sea provisional pero la caseta de obra y aluminio desde luego no parecen
serlo. E instaladas en la Plaza Mayor (“de España”) del pueblo.
Sea como fuera, el sitio nos vino muy
bien para descansar las piernas y refrescarnos “por dentro”.
Y junto al Ayuntamiento, como ya
indiqué al principio, la Iglesia parroquial de Santa María Magdalena.
Y damos por concluida una ruta que nos
ha gustado sobremanera: un recorrido sencillo, sin desniveles que puedan cansar
a nadie y con unas vistas espectaculares desde la Sierra de la Lombriz,
tanto hacia una provincia como hacia otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario