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Realizada el domingo
8 de diciembre de 2019. Día despejado y frío.
Es una ruta muy
sencilla de seguir, prácticamente llana y que no requiere ningún tipo de
esfuerzo. Poco más de diez kilómetros en un recorrido de ida y vuelta a través
de un ancho camino de tierra por el que, de vez en cuando, pasan coches durante
la primera mitad de la mañana de las explotaciones ganaderas de la zona y más
tarde de gente que va hasta los Canchos en sus vehículos.
Quiero señalar, ante
todo, que desde el 15 de enero y hasta el 31 de julio la visita a los
Canchos debe terminar en el segundo mirador, estando prohibido cruzar
el Arroyo
de la Hueca ya que en esa época es el periodo de cría, primero de los
buitres y algo más tarde de las cigüeñas negras y alimoches.
Llegamos desde Cáceres
atravesando primero Pescueza y luego Cachorrilla por la carretera que
parte el pueblo en dos. Al otro lado está la Ermita del Cristo, con
una amplia zona de aparcamiento donde podremos dejar el coche sin ningún problema.
A la derecha de la Ermita
del Cristo hay una fuente. Nosotros pasamos entre una y otra para ir a
coger el Camino del Chorrillo que nos llevará a nuestro destino.
Dejaremos a nuestra izquierda la Charca del Cristo para entrar en una
amplia dehesa a través de un paso canadiense
Hemos de cruzar un
segundo paso canadiense, con una charca al lado,
El Arroyo
de la Higuera cruza por debajo del camino. Apenas si se observa algo de
agua por un lado del camino mientras que por el otro únicamente se ve el cauce
pedregoso, pero seco.
Y un tercer paso seiscientos
metros más allá. Y aunque no vemos vestigio alguno, de una charca que hay unos
metros más allá, a nuestra izquierda, nace el Arroyo de la Tallisca,
que pasa por debajo de este paso canadiense.
Cuando nos acercamos
a Casa
Ramiro, la Sierra de la Garrapata queda al alcance de nuestros ojos, entre
nubes bajas.
Y una última cancela
con paso canadiense lateral.
Por nuestra derecha,
a lo lejos, vemos los distintos picos de la Sierra de la Garrapata,
diluida su claridad por la niebla que se levanta desde el Arrago y el Alagón.
Según nos vamos
acercando van quedando a nuestra vista parte del farallón cuarcítico, del lado
de El
Boquerón, donde se encuentran los Canchos. Mientras que a nuestra
derecha, a lo lejos, al otro lado del río Alagón, podemos divisar la Casa
del Rincón, en la parte alta de la Cuesta de la Morena, de donde baja
el Arroyo
de Vanluengo a verter sus pocas aguas al Alagón
Las laderas de la Sierra
de la Garrapata se cubre, por momentos, de niebla que hace aumentar la
sensación de frío que llevamos, mientras que de frente vemos cada vez más cerca
las formaciones rocosas que vamos a visitar.
El Merendero
es una amplia superficie dotada de bancos, mesas y barbacoas
Continuamos más
adelante para ir al primero de los dos miradores. Ya por el camino vemos que el
caudal de agua es bajísimo. El punto donde se vierten las aguas del Arrago
(por la izquierda) a las del Alagón (derecha) está en una cota
tan baja que pocas veces se ha visto así. Vicente, mi compañero, comenta con
asombro que se ven las aguas del Alagón con corriente cuando lo habitual es
que, al estar mucho más alto, que no se aprecie tal corriente.
Las marcas que
niveles muy superiores de agua han dejado sobre los Canchos están muchos
metros más arriba, apreciándose el brutal descenso provocado por la escasez de
lluvias.
La portilla formada
por el farallón cuarcítico es espectacular. Sobre las paredes del lateral
derecho yo llego a contar hasta 40 buitres leonados aunque, probablemente, sean
muchos más. Esta abundante colonia de aves le ha valido a esta zona para
obtener la figura de protección
ambiental "ZEPA Canchos de Ramiro y Ladronera", incluida dentro de la
Red
Ecológica Natura 2000 con una superficie de 6.200 hectáreas.
Y satisfechos con la
visita tomamos camino de vuelta por el mismo camino por el que vinimos.
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