viernes, 20 de diciembre de 2019

Ruta de la Lana 2: El Cordel de la Azagala


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Realizada el día 18 de diciembre de 2019 en compañía de Antonio Lucas. Día frío, con una ligera llovizna durante unos diez minutos a mitad de la ruta.
Puntos especialmente interesantes a visitar son el Centro de Interpretación del Tesoro de Aliseda, a kilómetro y medio del pueblo así como la Mina Pastora, quinientos metros más allá, pero conviene tener en cuenta que solo abren de viernes a domingo y en horario que más adelante indicaré.

Se trata de una ruta sencilla, corta (unos 12 kms. en ida y vuelta) y bastante llana una vez que se ha salido de Aliseda y llegado a la desviación al Centro de Interpretación.

Entramos en Aliseda desde la carretera que llega desde Cáceres. Pasada la gasolinera entramos por la cuarta calle a la izquierda, calle Constitución, que seguimos hasta su confluencia con la calle Libertad. Allí, en la acera de la derecha, hay una oficina del Banco de Santander delante del que pudimos aparcar sin ningún tipo de problema.

Desde allí salimos en dirección a la Plaza Mayor para tomar la segunda calle a nuestra derecha (calle Luis Chamizo que luego cambia su nombre por la de calle Virgen) que seguiremos toda derecha. Es una cuesta arriba prolongada, al principio de la que están las escuelas.

Cuando coronamos la cuesta vemos el deposito de agua, una construcción redonda, a nuestra izquierda y abundante paneles informativos sobre los varios caminos que salen de allí. Nosotros hemos de seguir de frente conforme a la dirección que traíamos, carretera adelante.

 
Trescientos metros más arriba podemos ver, a nuestra izquierda, el Embalse de Aliseda que cuando fuimos nosotros estaba a un nivel bajísimo. Antonio y yo comentamos lo bien que pueden venir las lluvias que se anuncian para que se recuperen nuestros pantanos.

A nuestra derecha, en una pronunciada cuesta arriba, sale un camino que lleva al Centro de Interpretación. Allí mismo vemos las ruinas de lo que fue y se llamó en su día la Casa de la Mina. Comentamos la posibilidad de subir a ver si está abierto el Centro, lo que hacemos. Enseguida, a la derecha, vemos el Albergue El Pericuto que organizó hace unos años una ruta por la Sierra de San Pedro en la que participamos Vicente Pozas y yo. Ahora vemos el albergue cerrado. Antonio me comenta la posibilidad de hablar con la dirección y organizar aquí alguna actividad de club La Vereína, con rutas incluidas por los alrededores.

Continuamos hasta el Centro de Interpretación del Tesoro de Aliseda y de la Mina Pastora, un edificio moderno al que accedemos por unas escaleras. La puerta de entrada está justo a la parte de atrás, donde hay un aparcamiento para los que vienen en coche. Está cerrado y solo nos fijamos, de los paneles que hay en la puerta, que ponen que el horario es a partir de las 10 sin darnos cuenta que se especifica que solo abren viernes, sábados y domingos. Esto hará que, a la vuelta, volvamos a subir pensando que estaría abierto y solo entonces nos dimos cuenta que al ser hoy miércoles no cabía posibilidad de entrar a visitarlo.

Los datos del Centro de Interpretación del Tesoro son estos:
Teléfono de contacto: 606 306 281
Correo electrónico: centroialiseda@gmail.com
Horarios de apertura: Viernes y sábado de 10 a 14 y de 16 a 18.
                                 Domingos: de 11 a 14
Por lo que se refiere al Centro de Interpretación de la Mina, los datos de contacto son los mismos, mientras que los horarios de visita son viernes, sábados y domingos de 10 a 14. Hay dos turnos de visita: uno a las 10 y otro a las 12, durando la visita hora y media y, según mi información, un coste de 2 euros por persona adulta y gratuita para menores de 12 años.



Circunvalamos el edificio y volvemos a bajar a la carretera para seguir nuestro camino. Al llegar a la carretera giramos a la derecha para alcanzar la Mina Pastora cuatrocientos metros más allá. El edificio de administración se acoda en una enorme piedra con líquenes verdes.
Desde una cancela exterior podemos ver la boca de la mina, cerrada también con una cancela. Un panel informa sobre los horarios de visita que ya hemos reflejado anteriormente.

El origen de la mina es romano, ya que existen fuentes bibliográficas que citan a Aliseda como lugar donde había explotaciones mineras de esta época. Hasta 1920 no se volvió a explotar, pero fue muy poca la actividad en ese año y se cerró de nuevo poco después.
En 1953 volvió a abrirse para cerrar, ya definitivamente, en 1958. Este último periodo fue el de mayor explotación de la mina llegando a contar en esta ocasión con 300 trabajadores. Se extraía hierro, del que había principalmente dos tipos: oligistos y limonitas. También se extrajo azufre.
Actualmente pueden visitarse tres niveles: la galería principal donde se centraba toda la actividad minera, las galerías de fondo de saco, habitadas hoy por murciélagos y la Cueva de la Gitana.
Enfrente, una explanada con un estupendo mirador desde el que se divisan Cáceres muy al fondo, Malpartida de Cáceres y, a la izquierda, Arroyo de la Luz.

Abandonamos el lugar para pasar una cancela con paso canadiense que hay detrás de una pequeña construcción cuyo frente forma parte de la explanada del mirador

Unos cien metros más adelante estaremos coronando el Puerto de los Terreros, donde el camino (encementado) se bifurca a izquierda y derecha. Nosotros seguiremos de frente por la ancha pista que un poco más allá volverá a ser de tierra.

Un poco más allá el camino hace un zigzag (derecha-izquierda). En el segundo giro hay una desviación a la derecha que no seguiremos pues desde aquí y ya hasta casi alcanzar nuestro destino todo el camino es recto.
Todo el entorno que atravesamos es un gran alcornocal con frecuente bosque bajo de jaras y aulagas.

Seguiremos de frente en otra intersección de caminos que, por la izquierda lleva al Cortijo de Valdelasyeguas y por la derecha a la Casa de Valdealiso.
Poco después, y antes de iniciar una pequeña subida, cruzaremos el cauce del Regado de las Huertas del Peñón que nosotros encontramos completamente seco. Es posible que por esta zona podamos observar algunos ciervos pastando entre los alcornoques.

Aunque nosotros no nos dimos cuenta cuando íbamos hacia la ermita, sí lo vimos al regresar. Desde este punto, y si miramos hacia atrás POR NUESTRA DERECHA, veremos una amplia urbanización. Son las Casas de Valdealiso que, como digo, pasan totalmente inadvertidas yendo para allá pero son muy visibles al regresar a Aliseda.

La carretera EX-303 irá quedando cada vez más próxima al camino pero siempre caminaremos por éste, ancho y con buen firme sin llegarnos a cruzar en ningún momento con la carretera.
Cuando nos encontramos ya muy próximos a la carretera cruzamos una nueva cancela con paso canadiense.

Dejando a nuestra derecha la Sierra de la Umbría y a nuestra izquierda la Sierra de las Turras, pasamos por el Puerto del Acehúche.

El tramo de ruta que hacemos ahora es muy hermoso, con un alcornocal cerrado y una presencia masiva de arbustos que hace que  nos sintamos realmente a gusto. Ir encajonados entre las sierras hace que el paisaje sea más umbrío.

Tras una suave bajada vemos una pared a nuestra derecha y una construcción al final de la misma. Allí una nueva intersección de caminos. En realidad el de la izquierda es la salida de la carretera para acceder a la Ermita de Nuestra Señora del Campo, mientras que el de la derecha, que es el que hemos de tomar, es que nos conducirá a nosotros hasta la misma ermita.

Nos adentramos en la Dehesa de los Hitos. De hecho, a la ermita propiamente dicha también se la denomina como Ermita de los Hitos, que acoge a Nuestra Señora del Campo.
Cuando empezamos a subir hacia la ermita llama nuestra atención una extensa construcción de color rojo oscuro que queda a nuestra izquierda, al otro lado de la carretera. Destaca la esquina más próxima a nosotros, con forma de torre. Se trata de la Casa de los Hitos, de la que no me ha sido posible obtener información complementaria.

 
Rematar la subida hay una pequeña explanada con un alcornoque en el centro que hace las veces de rotonda. A la izquierda un panel informativo sobre la Sierra de San Pedro y el inicio de un senderillo de piedras (hecho en 2006) que conduce a la entrada de la ermita.

La ermita y la casa del ermitaño, al lado, son unas sencillas construcciones de mamposterías, encaladas. De la ermita se dice que su origen puede datarse en el siglo XV, habiendo constancia de algunas remodelaciones hechas en el siglo XVIII. En el año 2006 se acometieron varias obras de adecuación, tanto de los accesos a la ermita, como de reconstrucción de los aseos existentes.
Junto a la ermita hay un crucero, con base y capital de granito, rematado con una cruz de forja que evoca la Eucaristía.

Aunque no pudimos entrar a verla por estar cerrada, sabemos que el interior de la ermita es de una sola nave, rectangular, cubierta por bóveda de aristas con arcos de granito. En el ábside hay una hornacina en arco de medio punto enmarcado por molduras de granito que alberga la imagen de la Virgen del Campo, que es una talla policromada, sedente, con el Niño en brazos de los siglos XIII o XIV. Son del románico tardío, por lo que la Virgen y el Niño no muestran relación entre ellos, mirando ambos al frente. Se caracterizan por ser figuras alargadas con cierta desproporción entre la cabeza y el cuerpo.

Cuenta la leyenda que un joven carbonero que tenía por estos campos su carbonera no lograba, a causa de las lluvias, prender fuego a la misma para fabricar el carbón. La Virgen se le apareció e hizo que escampara, con lo que al fin pudo encenderla. El humo blanco que empezó a salir de la carbonera tomó la forma de un manto blanco que siguió a la Virgen en su ascenso al cielo.
En la parte de atrás de la ermita hay una buena explanada con un templete cubierto. Desde allí hay unas vistas excelentes hacia las cinco sierras vecinas: las de Pajonales, Brava, de las Perdices, de Peñaquemada y de la Umbría.

Rematada la visita, volvemos sobre nuestros pasos hacia Aliseda, sin tener otra cosa que resaltar más que el ya citado avistamiento de la Casa de Valdealiso, que nos pasó desapercibido a nuestra venida.
Al llegar al cruce por el que se sube al Centro de Interpretación decidimos hacer un nuevo intento, por si ahora lo encontrábamos abierto pero, como ya dije al principio, solo abre de viernes a domingo y nosotros fuimos un miércoles, por lo que aceleramos el paso para llegar al pueblo porque a lo lejos se apreciaban ya las mantas de agua que traía la famosa borrasca Elsa, que tanta agua dejó en los días siguientes.
En Aliseda bajamos por el mismo sitio que habíamos subido pero a mitad de la calle Virgen nos desviamos, por la derecha, por la calle Puerto con la intención de ir a la Plaza Mayor y a la Iglesia. En la bajada nos queda una bonita vista de toda la parte superior de la iglesia.

De allí pasamos, para rematar la visita, a ver la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que se empezó a construir en el siglo XV y se finalizó en el XVIII siendo su estilo, en general, barroco.
Construida en mampostería de pizarra en su mayor parte, con refuerzos de canterías en esquinas y contrafuertes es de planta única y con dos entradas. La nave tiene tres tramos con bóveda de medio cañón.
En el exterior destacan sus dos portadas de acceso (sur y oeste), barrocas del siglo XVII. La meridional solo tiene como motivo decorativo unos placados triangulares en la cornisilla que cierra el arco por la parte de arriba. La occidental, con una amplia escalinata de acceso, está más ornada.
En el borde del tejado de uno de los laterales podemos ver una estatua del Corazón de Jesús.

Girada la visita, volvimos al coche francamente satisfechos de la visita realizado y lamentando únicamente no haber podido visitar el Centro de Interpretación y la Mina. Aunque esto nos servirá de pretexto para volver en otra ocasión.

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