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Realizada el 11 de enero de
2020, sábado, con el grupo de senderismo La Vereína, unos 45 senderistas.
Día frío, pero despejado,
que nos permitió disfrutar de la jornada y de un precioso castañar que, si bien
ya estaba carente de hojas con todo el encanto de color que le da, estuvo muy
agradable de recorrer.
Es una ruta que no llega a
los 18 kilómetros con un desnivel acumulado de poco más 500 metros,
concentrándose el mayor esfuerzo en los 2,5 kilómetros siguientes al paso por Gargantilla
y sin que dicho esfuerzo requiera preparación especial. En todo caso, ese tramo
se hace bien por el buen estado del firme. Y si a alguien le falta preparación,
que le ponga un poco de paciencia pues enseguida se llega arriba.
El autobús nos dejó en el
parking de la estación de autobuses de Hervás, en la Avda. de España, detrás
del Parque
Municipal, de donde salimos para coger luego la Avda. Francisco Sanz, en
dirección a la Plaza de Toros.
Al llegar al puente sobre
el que pasa la antigua vía del tren, lo dejamos a nuestra izquierda,
continuando nosotros de frente por el camino de tierra que comienza allí mismo
y que en pocos metros nos llevará a la carretera de Hervás a Gargantilla.
Hemos de seguir la
carretera durante un kilómetro, hasta encontrar un camino ascendente que sale
por el lado izquierdo de la carretera y que nos introduce ya en el Castañar
Gallego.
En cuanto ascendemos un
poco podemos ver por nuestra derecha Aldeanueva del Camino y, de fondo,
la Sierra
de Gredos.
En el trayecto entre la
garganta que baja de Cabeza Arquera y de la siguiente, la
Garganta
de San Andrés, por la que discurre el Arroyo Romanillo, un
pequeño puente ayuda a salvar un desnivel.
Cuando pasamos, los
castaños están prácticamente sin hojas, que se encuentran todas por el suelo.
Solo hay verde el musgo y las enredaderas que trepan por algunos de los
troncos.
Llegamos a la Garganta
de San Andrés, por la que discurre el Arroyo Romanillo que,
pese a las lluvias caídas en los dos últimos meses, baja escaso de caudal.
Aprovechamos para
reagruparnos y hacernos una foto de grupo. Yo me ubico en la cuestecilla por la
que se sale del lugar, lo que me da una perspectiva más elevada del grupo.
La Garganta de San Andrés se
abandona en la cuesta arriba a la que me he referido, a mediados de la que, en
el lado izquierdo, hay una casa de piedra abandonada.
Hice esta misma ruta hace
poco más de cuatro años, si bien fue en pleno otoño. El aspecto del Castañar no
tiene nada que ver ahora con el de esa otra época. En enero los árboles están
totalmente desprovistos de hojas, con lo que se pierde en belleza sin ninguna
duda.
Nos encontramos unos
troncos caídos y atravesados en el camino, obstáculo que no supone mayor
problema sobrepasar.
Un poco más adelante y
cuando ya estamos muy cerca de Gargantilla, disminuye la masa
arbórea que tenemos a la derecha, con lo que nos queda a la vista toda la
superficie que se extiende desde la parte baja del Castañar hasta la Sierra
de Gredos. En primer término Aldeanueva del Camino, pero también
alcanzamos a divisar Abadía, más a la izquierda, Zarza
de Granadilla, La Granja y el Pantano de Gabriel y Galán.
Al fondo, las alturas de la Sierra de Santa Bárbara. Y muy cerca
ya, Granadilla.
La aproximación a Granadilla
resulta muy grata, pues tenemos sus tejados a la vista desde un buen rato antes
de que nos quede a mano. Entramos dejando a la derecha varias casas de campo,
con sus huertas.
Llegamos a Granadilla
por la calle San Bartolomé. Justo a la entrada del pueblo hay una
fuente y un espacio amplio, donde nos detenemos para reagruparnos y, como
estamos casi a mitad de la ruta, nos parece que debemos aprovechar para tomar
una pieza de fruta.
Decidimos no entrar en el
pueblo, por lo que cogemos una calle que sale a la izquierda, un poco más allá
de donde está la fuente y que nos lleva a iniciar la principal subida que tiene
la ruta de hoy.
A poco más de un kilómetro
del inicio de la subida hay un lugar desde donde tenemos unas espléndidas
vistas de todo lo que hemos podido ver también desde abajo, pero pudiendo
contemplar ahora también todo lo que había a nuestra espalda, hacia la zona de Hervás
y Baños
de Montemayor.
Satisfechos con las vistas,
iniciamos el regreso por el sitio que llaman de Los Concejiles. Todo es
una subida continua hasta llegar a la carretera de Cabezuela, la CC-102
que será el punto más alto de toda la ruta, comenzando ahí la bajada hacia
Hervás.
La subida hasta la
carretera no es especialmente dificultosa, aunque son 2,5 kilómetros de subida continua.
El sendero es bueno y el paisaje muy similar al del resto del castañar que
hemos venido viendo anteriormente.
Al llegar a la carretera
debe tenerse en cuenta que, por su escaso tráfico, suele ser utilizada por
ciclistas para la práctica de su deporte y acostumbran a bajar a bastante
velocidad.
Mientras subía el resto de
senderistas los primeros que llegamos decidimos hacernos una foto de grupo.
Hay que seguir la carretera
durante casi 3,5 kilómetros. Tanto asfalto tiene como contrapartida lo bonito
del lugar que no debe despistarnos en ningún momento en cuanto a la atención
que debemos prestar.
Volvemos a pasar por la Garganta
de Andrés, donde el Arroyo Romanillo vuelve a saludarnos,
aunque esta vez en un entorno menos hermoso que el de más abajo, pues se trata
de un puente sobre la carretera.
Poco más de un kilómetro
después de dejar atrás el Arroyo Romanillo abandonaremos la
carretera por un camino hormigonado que, en una curva y cuesta arriba, sale por
el lado derecho de la carretera. Por ese camino nos vamos a meter otra vez en
pleno corazón del castañar, recuperando el precioso entorno que ya pisamos en
la ida.
Muy poco después de dejar
la carretera encontraremos un nuevo desvío debiendo coger, nuevamente, el de la
derecha.
En algo más de kilómetro y
medio alcanzaremos la famosa Pista Heidi, que hemos de cruzar
continuando por el otro lado de la misma.
La pendiente de bajada se
hace algo más pronunciada mientras nos vamos acercando a Hervás.
El camino nos lleva
directamente a la Plaza de Toros ubicada en un entorno agradable donde podremos
encontrar mesas y bancos donde es posible sentarse a descansar o a tomar un
refrigerio, lo que hacemos para dar cuenta de la comida que cada uno ha
llevado.
Una vez repuestas las
fuerzas y cuando retomamos los pocos metros que nos separan de Hervás, un poco
más allá de la Plaza de Toros nos encontramos, a la izquierda de la calzada,
con la Fuente de San Andrés.
Desde aquí solo nos queda
caminar unos pasos más para llegar otra vez al puente del ferrocarril que vimos
al principio, por el que ahora debemos pasar por debajo para estar de nuevo en
el parque municipal de Hervás, y regresar a la Estación
de Autobuses para terminar la ruta.
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