miércoles, 19 de febrero de 2020

Ruta de la Lana 15: Las Charcas


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Realizada el 20 de enero de 2020 en compañía de otros dos senderistas del Club La Vereína (sección de jubilados). Mañana muy fría que nos obligó a abrigarnos bien durante prácticamente todo el trayecto.

Se trata de una recorrido de poco más de 22 kilómetros con un desnivel acumulado que no llega a los 130 metros, por lo que podemos calificar la ruta como fácil.
Encontramos alguna imprecisión del track en algunos puntos, que trataré de aclarar en la exposición de la ruta. No tanto por inexactitud, sino por no indicar en determinados puntos por dónde debe marcharse, como en el caso de giros en alambradas, si se debe ir por el lado de allá o de acá de la misma, lo cual nos provocó alguna incomodidad que hubiera sido muy fácilmente solucionable.

La ruta comienza en Villa del Rey, localidad ubicada a poco más de 60 kilómetros de Cáceres, con un trayecto en coche que se hace en algo menos de una hora.
Villa del Rey cuenta con un gran número de vías pecuarias, hasta trece. Ello es curioso, pues tiene más que otros municipios mucho más extensos. Durante el recorrido de esa ruta podremos conocer nueve de las trece vías. También se pasa por cuatro charcas en las que se puede ver un molino y un abrevadero de ganado y estaremos muy próximos a otras tantas.
Dejamos el coche aparcado en la Avda. del Párroco Peguero, la principal vía de entrada en Villa del Rey y en cuyo final está la Plaza del General Mola y la Iglesia de Santiago.


No hace falta que lleguemos hasta la iglesia (que rodearemos al final de la ruta), sino que al llegar a inicio de la Plaza giramos a la derecha para ir hasta un puente de tres grandes arcos por encima del que discurre la carretera y salva el Arroyo de Belvis, ahora seco. Delante del mismo hay piedras pasaderas para, cuando sea necesario, utilizarlas.


En el puente seguimos girando a la izquierda hasta salir a la carretera, por cuyo margen izquierdo habremos de caminar hasta la primera curva, donde saldremos de la misma por el arcén de la derecha.

Enseguida pasamos junto a la Charca del Ejido que queda a nuestra izquierda y que podremos ver con mejor luz a nuestro regreso. Y un poco más allá de la charca, un pozo con el brocal de granito, cuadrado.



En este pozo hay una confluencia de caminos. De hecho, a nuestro regreso llegaremos a este pozo desde otra dirección.
Ahora, una vez pasado, hemos de tomar el ramal de la derecha para continuar nuestro camino que seguiremos de frente en las distintas bifurcaciones que nos encontremos.
Un kilómetro más adelante desde el pozo, llegaremos a una cancela que está justo en el punto por el que pasa un arroyuelo que, más a la izquierda de donde estamos, desemboca en el Río Jartín. Cuando pasamos solo vemos parte del suelo con charcos, pero a los lados del camino sí puede apreciarse el caudal de mencionado arroyuelo.



Seiscientos metros más delante de la cancela, hemos de girar a la izquierda. A los pocos metros pasaremos un nuevo arroyuelo que también vierte sus aguas en el río Jartín. Este, a diferencia del anterior, va bien encauzado.


En la siguiente encrucijada hemos de optar por el camino de la izquierda, que nos hará pasar por el río Jartín, que lleva muy poco agua), para continuar. La explicación a la ausencia de caudal es que estamos delante del Embalse García, o Embalse del Molino, que se alimenta de dicho río que deja todas sus aguas en él. Pero como no vierte nada, pues al pasar por aquí vemos que el cauce va prácticamente seco.


Sobrepasado el río, llegamos a un altillo desde donde tenemos una más amplia perspectiva del embalse, pudiendo observar la parte superior de la presa de contención y de la lámina de agua, a cuyos bordes pace un rebaño de ovejas.



Unos metros más allá llegamos a uno de los puntos problemáticos. Encontraremos dos cancelas seguidas. Hemos de pasar la primera (de color verde) y, tras dejarla cerrada, pasar también la siguiente (de color naranja), que queda a su izquierda.


Pasada la segunda hemos de caminar de frente siguiendo la misma dirección que traíamos, lo que nos llevará a otra cancela que se encuentra debajo de un árbol. En ese punto, NO HAY QUE PASARLA, sino girar a la izquierda y seguir caminando con la alambrada a nuestra derecha.
Lo aclaro porque esta cancela está cerrada y nosotros pensamos que había que cruzarla, con el consiguiente desconcierto que puede verse en el propio track.



Caminamos ya dentro de la dehesa, que luce espléndidamente un precioso césped verde. Comentamos que ojalá el campo presentara este aspecto habitualmente, pues eso sería prueba de que contaríamos con un terreno más rico que el que tenemos… y con el que hay que conformarse.
El camino que ahora recorremos es el llamado Camino a Navas del Madroño y por él llegaremos al Arroyo de la Lapilla que aunque lleva agua no tenemos mayor problema par vadearlo, haciéndolo en una zona donde hay buenos berrocales junto a una encina.



Seguimos el camino unos 700 metros hasta llegar a una intersección en cuyo centro hay un buen ejemplar de encina. En realidad da lo mismo el camino que tomemos, pues ambos llevan al mismo sitio, pero recomiendo seguir el de la IZQUIERDA porque nos va a hacer pasar junto a una explotación de cerdos donde podremos ver un bujío al que se le ha puesto un tejadillo y ahora sirve de cochiquera para los cerdos.



Y llegamos a un lugar donde encontramos dos cancelas: una encajada en medio de una pared y otra, a la izquierda, sobre soportes metálicos. Es ésta, la de la izquierda, la que debemos pasar y seguir caminando con la pared de piedra a nuestra derecha.
Pasaremos junto a otra bonita charca que quedará a nuestra izquierda.


Cuando llegamos a la Casa del Jartín NO debemos entrar, sino girar a la izquierda y continuar adelante por el lado de acá de la alambrada, es decir, caminar dejando la alambrada a nuestra derecha.



El camino discurre en medio del sitio llamado Cabezajartín que, cuando pasamos nosotros, está bellísimo. No solo por la alfombra de hierba intensamente verde, sino por las encinas que vemos, bien cuidadas y de bellas formas.
Dejamos a nuestra derecha otra charca más, embalsada el agua de tal forma que me tengo que subir a un talud para poderla fotografiar.


Y llegamos a una cancela en la que, por la izquierda llega a ella también el Camino de Mata de Alcántara.
Pasamos la cancela para salir a una pista de tierra bien asentada, ancha y en buen estado. En los siguientes trescientos metros estaremos en el punto más alto de toda la ruta y ahora tendremos que descender hasta llegar al Embalse de Cueto. Ya nos damos cuenta que tanto la subida como la bajada son prácticamente inapreciables, bien pudiendo parecernos todo llano.
A un kilómetro desde que llegamos a la pista de tierra alcanzamos un paso canadiense. Debemos estar atentos, pues nada más pasarlo hay una bifurcación debiendo tomar nosotros el camino de la izquierda.

Kilómetro y medio más adelante llegamos a un pequeño embalse que, prácticamente, toca la cola del Embalse de Cueto. Tiene un muro de contención de hormigón, pequeño, con un vertedero en el centro.



Se cruza por delante del muro de contención del pequeño embalse y veremos una cancela a nuestra derecha que no traspasamos, pues seguimos el camino dejando el muro a nuestra derecha.

El Embalse de Cueto mide, aproximadamente, un kilómetro de longitud desde su cola hasta el muro donde está la presa. El sendero bordea todo su margen izquierdo teniendo, aproximadamente a mitad del recorrido paralelo al Embalse, un bonito paso elevado cuyos laterales están hechos con grandes piedras de granito enclavadas.
En la cabecera del embalse, grandes lanchas de granito  algunas construcciones abandonadas y por bajo de la presa, que presenta una estructura con varias curvas, está el antiguo Lavadero de Lanas de Cueto, que no nos acercamos a ver. También por bajo de dicho lavadero un precioso soto con buena arboleda.





Nos alejamos de allí pasando una cancela y, en apenas 150 metros, llegamos a la carretera de la Mata a Garrovillas, por cuyo margen izquierdo hemos de caminar unos 200 metros.


Enseguida veremos, a la izquierda de la carretera, una nueva cancela por donde habremos de pasar, dejando atrás la carretera.

A escasos 200 metros después de haber pasado la cancela hemos de hacer un giro de 90 grados a la derecha y continuar caminando pegados a una alambrada que quedará a nuestra izquierda. Es una zona donde no se ve sendero, por lo que deberemos guiarnos por el track o, si se prefiere, caminar simplemente en línea recta.


Es una pequeña cuesta arriba que nos llevará hasta un muro en el que, debajo de un árbol, veremos una parte del mismo caída por donde podremos pasar al otro lado. Una vez pasado, giramos a la izquierda subiendo una piedra grande.


Un kilómetro más adelante llegaremos a dos encrucijadas seguidas. En ambas debemos seguir adelante hasta encontrarnos, otros 500 metros más adelante, una cancela que pasaremos cuidando de dejarla luego bien cerrada. Estamos andando por el Camino del Papudo.



Un poco más adelante se nos cruzará trasversalmente el Camino de las Canteras, que superaremos siguiendo caminando hacia delante hasta que alcancemos a ver una torre al lado derecho del camino. Cuando llegamos a ella vemos que se trata de un Observatorio de Aves, con una terraza superior como mirador. El recinto no está cerrado más que con una cancela. Descorremos el cerrojo y a través de una escalera de caracol que hay en uno de los laterales subimos a contemplar la belleza de este paisaje desde arriba.




A unos trescientos metros del Observatorio de Aves hay que hacer un giro de 90 grados a la izquierda, SIN PASAR por un paso canadiense que, entre dos postes de cementos, se ve más allá (ver foto de este punto).

En pocos metros llegaremos a una cancela que nos va a dar paso a las inmediaciones de la Charca de la Dehesa o Charca Grande o el Albercón, que de los tres modos puede denominarse.

El entorno de la Charca está cercado por un muro de piedra. Se puede acceder al interior a través de una puerta sin cancela (que es lo que hicimos nosotros) o seguir hasta el final del muro y allí girar a la derecha.
Como digo, nosotros pasamos la cancela para acercarnos un poco a la Charca.


Caminamos por el borde hasta llegar cerca del muro de contención de las aguas. A la izquierda hay una cancela por la que salimos al camino otra vez y que, a los pocos metros, nos llevará a pasar por otra cancela más, que nos encontramos abierta de par en par.



Unos 250 metros más adelante, antes de llegar a una nave grande con tejado rojo, hemos de girar a la izquierda para caminar, en diagonal, en dirección al pueblo.

En este punto no hay sendero, pero no tiene pérdida, pues se trata solo de caminar en dirección al pueblo que vemos ya relativamente cerca. Encontraremos un camino que se cruza y otro que va en la misma dirección que traíamos, hacia Villar del Rey. Lo seguimos y nos llevará a un paso canadiense que pasaremos.

Una suave bajada nos va a llevar a pasar el Arroyo Jartín en un lugar en que el camino está hormigonado y en el que hay, en los márgenes del camino, piedras pasaderas (excesivamente distantes unas de otras) para salvar las aguas del Arroyo si éste viniera crecido.



Ya con el pueblo a la vista llegamos a lo que será la última cancela de las muchas por las que hemos pasado hoy y pocos metros más adelante tendremos a la vista la Charca del Ejido, que solo vislumbramos esta mañana cuando todavía no había luz suficiente y alcanzaremos el punto en que encontramos el camino por el que comenzamos esta mañana. Allí está el pozo cuadrado de granito que ahora podemos ver con más claridad, así como una preciosa perspectiva de Villa del Rey.


Cuando llegamos a la carretera volvemos a caminar por ella unos pocos metros para meternos ya en la calles del pueblo y yendo hacia el puente con tres ojos y piedras pasaderas delante que a primera hora de la mañana apenas si pudimos fotografiar dada la oscuridad que había.


En lugar de dirigirnos directamente al lugar donde dejamos el coche aparcado, optamos por pasar por la Plaza para conocerla y ver también la iglesia parroquial de Santiago el Mayor.



Y con esto dimos por terminada una ruta bonita en una jornada muy fría.

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