miércoles, 30 de abril de 2014

Lanzarote: Faro de Pechiguera


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Realizada al atardecer del 13 de noviembre de 2013.
Es un recorrido agradable y cómodo, de poco más de 11 kilómetros y casi sin desnivel. Apto para todos, incluso con niños.


El paseo recorre parte del paseo marítimo de Playa Blanca hasta llegar al Faro de Pechiguera y sigue bordeando el mar hasta llegar a Caleta Negra, desde donde se puede regresar por cualquiera de las dos vertientes de Montaña Roja. Como quiera que cuando yo la hice  ya casi anochecía al llegar a Caleta Negra, opté por regresar por la vertiente que da al mar, por haber más urbanizaciones y estar el camino más iluminado.
La ruta puede iniciarse en el Paseo Marítimo, a la altura de Punta Limones, Playa Flamingo o a la altura del Hotel Timanfaya. Yo opté por iniciarlo en el punto existente entre el Hotel Timanfaya la planta potabilizadora de agua. Para quien lo desee, allí hay un amplio aparcamiento y un cómodo acceso al paseo, justo por el lugar donde veremos una escultura dedicada al viento.




Enseguida veremos, a lo lejos, a nuestra derecha el Faro y enfrente, al otro lado del mar, Fuerteventura.



A lo largo del paseo existen numerosos bancos, estratégicamente situados, desde los que contemplar el mar con la calma que el panorama se merece y disfrutar de las maniobras de los pescadores que lanzan y vuelven a lanzar sus sedales tratando de capturar alguna presa.



En un pequeño entrante, un puentecillo de madera ayuda a salvar las aguas de lluvia que, ocasionalmente, pueden bajar desde Montaña Roja.
En el mismo lugar, a nuestra izquierda, los restos de lo que pudo ser una antigua torre de vigilancia.



La punta que describe la costa en este punto se llama La Campana y en ella está ubicado el Hotel Rubicón, con unas preciosas instalaciones. Buena parte de sus habitaciones se encuentran en edificaciones independientes muy próximas al paseo y con unas vistas magníficas al mar.




Tras La Campana se encuentra la Playa de Montaña Roja, siempre tomada por turistas mayoritariamente alemanes que se alojan en unas instalaciones hoteleras allí ubicadas.




Junto al agua se aprecia perfectamente la lengua de lava, ahora solidificada, que un día expulsó el volcán y que llegó hasta aquí. Si detienes un poco la mirada y fuerzas la imaginación, se podría ver la lava ardiente, rojiza…


El Paseo Marítimo termina en el lugar llamado Las Lajas Blancas. Desde allí es posible acercarse, sin problema alguno, hasta el faro caminando entre la arena y las piedras.


El Faro de Punta Pechiguera marca, con el de Tostón y Martiño, el paso que existe entre Lanzarote y Fuerteventura, llamado Estrecho de la Bocayna.
Cuando nos acercamos podemos observar que, en realidad, se trata de dos faros, el primitivo, más pequeño, y el de reciente construcción de 47 metros de altura.


La construcción del viejo faro surgió a partir de una Real Orden del Gobierno de España como parte integrante del Plan de Alumbramiento de las Islas Canarias de 1856. Su diseño se debe a los ingenieros Juan de León y Castillo, y Clavijo, este último ingeniero de Lanzarote.
El proyecto para su construcción salió a subasta el 12 de abril de 1861 y cinco años más tarde, el 1 de julio de 1866, fue inaugurado, funcionando cerca de ciento veinte años.
Cuando se inauguró en 1866 era una luz fija y blanca con un alcance de 12 millas suministrada por una óptica de 4º orden y una lámpara de aceite de oliva, que fue sustituida en 1883 por una Maris que consumió primero parafina y después petróleo.
En 1923 se sustituyó la linterna por un destellador de acetileno que le proporcionó una características de grupos de 3 y 1 destellos cada 11'' que hoy día conserva. Posteriormente se le puso una válvula solar con lo que quedó automatizado, suprimiéndose el personal.
En 1984 se realizó el proyecto para construir una nueva torre de 47 m. de altura y una instalación luminosa de energía solar con óptica giratoria.
El viejo edificio tiene planta rectangular y se organiza a partir de un patio central. Contiene una vivienda de tres dormitorios, baño, cocina y despacho. El cuerpo de la torre es cilíndrico, realizado en sillería basáltica. El salitre no ha dejado de atacar a las maderas, hierros y paredes de este inmueble, razón por la que en la actualidad está amenazado de ruina.





Una vez que hemos doblado Punta Pechiguera, la zona del mar que nos queda enfrente se denomina Charco de las Cancelas. Las vistas son excepcionales a la caída de la tarde, especialmente si hay algunas nubes.



Pequeñas urbanizaciones, absolutamente privilegiadas por las vistas, sin obstáculos, que tienen a poniente, se extienden a lo largo del paseo, que después de salir del entorno del Faro continúa recorriendo el litoral.



Poco más allá, otra urbanización que tiene enfrente el Bajo de San Jacinto. Está rodeada por una cancela de hierro y alumbrada por unas farolas. Tanto la cancela como las farolas están completamente oxidadas por la acción de la humedad y la sal.


Justo donde termina esta urbanización, el Chill Out Sunset, que se anuncia mirando al mar.



Pasada la urbanización, toda la zona del mar que queda a mi izquierda es lo que se denomina Hoyo Azul. Una pareja pasea por una vereda próxima al mar.


Cuando llego a Caleta Negra el sol se ha puesto por completo. Logro sacar una fotografía, forzando mucho la apertura.


Como empiezo a tener algunas dificultades para ver, procuro acelerar el paso para regresar a Playa Blanca bordeando Montaña Roja por la vertiente que da al mar, aprovechándome de la iluminación de la urbanización Shangrila Park para regresar sin mayor dilación.
Un paseo recomendable, sin ninguna duda, por la tranquilidad del entorno y belleza del paisaje.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por poner imagen al recorrido que por cierto es muy lindo.
    Saludos

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