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Realizada el 7 de mayo de 2012, mañana agradable, fresca y
bastante nublada.
Aunque por la distancia recorrida y el desnivel la
dificultad de la ruta sería media-baja, yo la pongo como MODERADA por la
laboriosa ascensión hasta el vértice geodésico del Yelmo que exige adentrarse
por la estrecha brecha entre canchales que debe utilizarse para ello, no exenta
de dificultad.
Al ser lunes y no festivo, tuvimos la suerte de hacer el
recorrido con mucha tranquilidad, sin cruzarnos apenas con gente.
Para empezar esta ruta circular dejamos el coche en el
aparcamiento de Canto Cochino, en la Pedriza.
Seguimos el curso del Arroyo de la Majadilla, paralelos al
mismo por su margen derecha.
Yo no conocía la Pedriza y la verdad es que los
primeros cientos de metros de recorrido hacen que me encante todo lo que veo.
Pasado el Collado del Cabrón y a la altura del
Elefante
giramos a la derecha para dirigirnos a la Fuente de Pedro Acuña y al Refugio
Giner.
Seguimos el Gr 10 hasta llegar a El Tolmo siguiendo el
curso del Arroyo de la Dehesilla. El Tolmo es una enorme bola que, hace
miles de años, se desgajó del risco de El Pájaro, al que pertenecía. Al ser
de enormes dimensiones rodó hasta la pradera donde se encuentra. Actualmente es
utilizado para hacer prácticas de escalada.
Desde allí continuamos hasta el Collado de la Dehesilla,
donde dejamos el GR 10.
Desde el Collado de la Dehesilla seguimos el PR 1 hasta El
Acebo, donde nos detenemos a contemplar las Cuatro Damas.
Y desde el mismo lugar, una visión espléndida del Embalse
de los Palancares y de Miraflores de la Sierra.
Desde este punto, pasando junto a El Acebo, tomamos la
senda del Yelmo, a cuya base llegamos sin dificultad. Buscamos el acceso
a la chimenea por la que se puede subir a esta mole granítica y, tras
localizarla, concluimos que será imposible pasar con las mochilas, por lo que
decidimos dejarlas al pie de la brecha y adentrarnos en la misma sin ese
obstáculo.
En algunos momentos hay que ayudarse de la espalda para
poder ascender.
Superado el primer tramo, en el que hay que ascender, la
brecha se estrecha un tanto, pero nos resulta más fácil avanzar.
Desde lo alto del Yelmo las vistas son magníficas,
espectaculares.
Al bajar nos encontramos con unos chicos de la Facultad
de Ciencias del Deportes, con su profesor, practicando ejercicios de
escalada, con sus cuerdas, arneses, cascos… Nosotros lo hemos hecho todo “a pelo”.
Ya una vez abajo del todo, al pie del Yelmo por su cara sur, en
el lugar donde íbamos a comer, vimos que unos chicos estaban haciendo una
ascensión por dicha cara. Para hacerse una idea de las dimensiones del Yelmo
ahí van esas dos fotos donde, en sendos círculos rojos, enmarco a los
escaladores.
Pudimos comer al pie del Yelmo, resguardados del
viento frío en unas peñas, tras lo cual iniciamos el regreso pasando junto al Collado
de la Encina y por la Pradera de las Cerradillas, por donde
nos deleitamos viendo varios ejemplares de la
Cabra Montesa o Íbice Ibérico (Capra Pyrenaica), extinguida en 1.989 en
la sierra de Guadarrama (Comunidad de Madrid), por lo que en 1.990 se
reintrodujeron 67 ejemplares procedentes de Las Batucas (Salamanca) que
actualmente han sobrepasado la población de 3.000 ejemplares y están siendo
objeto de un plan de captura y traslado para evitar el sobrepastoreo.
Desde las Cerradillas todo es pura bajada,
que hacemos con prudencia, deleitándonos antes y durante el descenso tanto con
las vistas como con la preciosa flora del entorno.
Hola! He tenido la oportunidad de vivir en Madrid unos años, y era una de mis rutas preferidas. Recomiendo también la que denominan el Laberinto, en la misma pedriza, saliendo desde canto cochino y siguiendo el mismo camino hasta el Yelmo, donde se gira a izquierda. Un saludo!
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