Realizada en la mañana del 1 de febrero de 2013. Día soleado y
con una temperatura agradable para las fechas.
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Inicio la marcha en los aledaños de la Plaza Mayor de
Valdesalor, donde se ubican el Ayuntamiento y la iglesia de esta pedanía
cacereña: la iglesia con un alto campanario que destaca sobremanera sobre el conjunto
de las casas, generalmente de una o, como máximo, dos plantas.
Encamino lo pasos en dirección a la gasolinera cercana para,
antes de llegar a la misma, cruzar la carretera (con poco tráfico, pues casi
todo el movimiento tiene lugar por la autovía próxima) y seguir por el camino
de tierra que es el mismo de la Vía de la Plata, que sigo hasta llegar a la
altura de una cantera próxima. En ese momento hay que girar 90º a la izquierda
para volver a atravesar la misma carretera de antes y acceder, enseguida, a la
finca el Trasquilón.
Nada más cruzar la carretera encontramos de frente un camino
que, de seguirlo, nos llevará a la carretera de Badajoz y, si lo preferimos, a
la Ermita de Santa Lucía y, desde allí, a Aldea Moret.
La ruta de hoy nos ha hecho cruzar un paso
canadiense para entrar en el Trasquilón.
Inmediatamente nos queda a la vista la
antigua Casa Señorial de El Trasquilón, palacete del siglo XVII ahora
abandonado y sometido a obras de reforma para adecuarla a casa rural. Junto al
palacete, un hermoso embalse que contribuye a realzar la gran belleza del
entorno que, especialmente en las fechas en que hago la ruta, destaca por el
verde intenso de la hierba que ha florecido por todas partes.
El palacete tiene una gran chimenea en lo más alto y lo que
debió ser el campanario de la ermita interior, lo que permite ver e identificar
la la edificación desde cualquiera de los puntos de esta ruta. Encontramos,
además, un estupendo escudo señorial encima del balcón principal de la fachada,
así como caballerizas y cobertizos para el ganado.
Leo en un folleto editado por el Ayuntamiento de Cáceres que en
una de sus caballerizas están recogidos varios miliarios MP romanos (XXXVII –
XXXVIII – XXXIX y XL), recogidos hace cuatro siglos de la calzada romana “Vía
de la Plata”. Desgraciadamente yo no pude verlos por encontrarse cerrado el
edificio. Sin embargo, justo enfrente
del palacete se encontraban apilados antiguas piedras que parecían ser
bebederos y abrevaderos de ganado labrados en granito.
Seguimos en dirección sur para cruzar un cancela que nos
permite acceder a una finca con ovejas y un kilómetro más adelante, volvemos a
pasar otra cancela más que da acceso a la carretera de servicio del canal de
Valdesalor.
En ella andamos hacia la derecha unos veinte metros para volver a
coger el camino que nos llevará hasta el cauce del río Salor, con generoso
caudal al hacer mi ruta debido a las abundantes lluvias de estos dos últimos
meses.
Hemos de seguir el río en dirección contraria a su curso
natural. El camino, hasta ahora ancho y cómodo, se torna vereda que, por
momentos, se pierde a la vista entre la vegetación abundante gracias a las
aguas próximas, pero que no llegamos a perder en ningún momento durante más de
veinte o veinticinco metros. Abundan las ramas caídas y semiocultas en medio de
vereda, por lo que es conveniente andar atento para evitar caídas innecesarias.
Tras caminar dos kilómetros por el margen del río, llegamos al
Puente Mocha, con 106 metros de largo y de origen romano pero reconstruido en
varias ocasiones, por el que cruza la calzada romana. Dice un folleto del
Ayuntamiento de Cáceres que tiene 14 ojos de arcos apuntados. Yo he contado 11
arcos y dos huecos rectangulares más en cada uno de los extremos para el paso
del agua; es decir, quince pasos en total para el agua.
Desde el puente, seguimos en dirección norte para regresa a
Valdesalor. Lo primero que encontraos en esta parte sur de la pedanía es el
albergue de peregrinos, de moderna construcción y con suficiente información en
su puerta para que los peregrinos sepan donde tienen que pedir la llave.
Continuando la misma calle, llegamos nuevamente a la Plaza
Mayor, concluyendo los poco más de 11,5 kilómetros de recorrido.
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