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Realizada el 7 de
enero de 2013. Día fresquete, nublado,
pero sin amenaza de lluvia. Nuestra intención inicial era visitar la Iglesia de
San Benito y las Ermitas de Santa Lucía, Santa Eulalia y San Benito.
Salimos de los
alrededores de la Iglesia de Ntra. Sra. de Guadalupe y, atravesando la reciente
urbanización del Nuevo Cáceres, fuimos a buscar el puente que da acceso a la
Barriada de Aldea Moret para, atravesando toda su arteria principal, la Avda.
de Badajoz, acceder por las nuevas rotondas al Barrio Minero, pasando por
detrás del Edificio Embarcadero.
En el barrio minero
se han realizado, en algunos de los edificios y viviendas abandonadas, pinturas
alusivas al pasado minero de la zona.
La Iglesia, y aún
parroquia, de San Eugenio estaba cerrada, como era de esperar, ya que en lo que
fue hervidero de vida industrial solo quedan actualmente tres o cuatro familias
y el culto religioso se da en el Centro Pastoral de Jesús Obrero.
Pasando por detrás de
la Iglesia tomamos el camino que pasa primero por debajo de un puente, nos
lleva a cruzar la vía férrea en la zona donde da ese característica curva de
180º. A nuestra izquierda fuimos dejando la zona de las minas, tan fácilmente
identificables por la alta chimenea que, desde la distancia parece redonda pero
que, si te desplazas hasta allí, te sorprende al comprobar que es cuadrada. A
nuestra derecha alguna edificación aislada y actualmente abandonada.
Tras cruzar la vía
llegamos enseguida a la Ermita de Santa Lucía para, volviendo unos 150 metros
sobre nuestros pasos, tomar el camino que sale a la izquierda (a la derecha,
según veníamos antes de subir a Santa Lucía) y que, tras pasar un paso
canadiense, nos llevará otra vez muy cerca de la vía férrea y nos permitirá ver
la A-66.
Antes de que el
camino haga un giro a la izquierda de 90º, ya estaremos viendo la Casa de la
Aldihuela, a nuestra izquierda, a la que nos aproximaremos al hacer el giro
antes indicado. La casa tiene todos los síntomas de estar abandonada, lo que no
es óbice para poder deleitarse con lo que, en su momento, debió ser un
hervidero de vida.
La entrada principal
de la casa está guardada por una preciosa puerta enrejada y deja ver, fuera de
dichas puertas, cinco abrevaderos labrados en piedra granítica, obra de algún
experto cantero. Están perfectamente alineados y soportados sobre otras piedras
de granito y mampostería que les permite mantener un nivel idéntico de agua
para todas ellas.
A continuación se
encuentra la finca “Mucha Vista”, en cuya puerta se indica que, para poder
pasar hay que pedir permiso.
De momento la dejamos
a la izquierda y pasamos una verja sujeta con cuerda (que debemos volver a
cerrar), y nos acercamos por el camino hasta la Ermita de Santa Eulalia.
Sencillamente espectacular.
Volvimos sobre
nuestros pasos para pedir permiso en “Mucha Vista” y poder acercarnos por el
camino particular hasta la misma Ermita, con intención de sacar alguna foto,
así como de continuar por el camino que, atravesando la finca, nos permitiera
llegar a la zona exterior oeste de la Urbanización Ceres Golf. Sin embargo, el
empleado de la finca, con cara de no buenos amigos, se negó en redondo a
permitirnos el paso. Tras indicarle que solo deseábamos ver la Ermita más de
cerca y continuar hasta Norba Golf y obtener una rotunda negativa, dimos la
vuelta y regresamos por donde habíamos venido. Esto nos impidió visitar la
Ermita de San Benito, sita en el corazón de Ceres Golf.
Esta ruta merece
hacerse otra vez y, dejando a la izquierda la Ermita de Santa Eulalia,
continuar andando el camino hasta llegar cerca de la N-630 y regresar a Cáceres
por los caminos que discurren paralelos a dicha carretera.
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