Señales e indicaciones.
Una de las, digamos “obsesiones”,
del peregrino casi desde el mismo momento en que empiezas a caminar es no
perderse. Para ello cuenta con las señales que las asociaciones de amigos del
Camino, ayuntamientos, parroquias, diputaciones, etc… ponen a lo largo del
camino.
La señal fundamental, la más
querida, la siempre buscada por el peregrino es la sencilla flecha amarilla
pintada con una brocha sobre una piedra, una pared, un poste o cualquier otro
elemento que permita hacerla visible con facilidad.
En muchas ocasiones, en especial
atravesando poblaciones, los ayuntamientos han utilizado otros medios: conchas
(vieiras), estrellas, etc… de las más variadas formas. A veces en las paredes,
otras en el suelo, en barandillas e, incluso, en farolas.
En algunos sitios, en especial ya
en Galicia, los mojones.
De todas, la preferida, la siempre
anhelada, la sencilla flecha pintada, por la que cualquier peregrino apostaría
sin dudarlo.
Aquí van algunos ejemplos.
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