14 junio 2004.-
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Hemos salido a las 5,30, después de haber dormido
estupendamente.
Hasta Puente de Órbigo hemos caminado sin problemas. Al llegar,
nos recibe la espadaña de la Iglesia del Puente, al lado de acá del mismo.
Acoge varios nidos de cigüeñas, todos ellos ocupados por varios ejemplares de
estos animales tan familiares para los cacereños.
Puente y Hospital de Órbigo son localidades distintas, aunque
juntas y solo separadas por el Puente del “Passo Honroso”, del siglo XIII.
Hospital es el municipio y Puente ya está integrado totalmente en él.
He fotografiado el famoso Puente. Lleva ese nombre porque a
principios del siglo XV a un caballero leonés se le antojó deslumbrar a su dama
obligando a medirse en torneo a todos los caballeros que quisieran pasar por
dicho puente, para lo que pidió permiso al rey de Castilla, entonces Juan II,
que lo autorizó. El que no quisiera medirse, tenía que pagar una cantidad y
pasar el río (entonces muy caudaloso) por otro lugar. El dichoso torneo duró un
mes entero.
En Hospital de Órbigo he fotografiado a Valère Rion, un
simpático belga que está haciendo el Camino llevando la mochila en una curiosa
carretilla de aluminio de la que va tirando y que había pernoctado en uno de
los albergues de Hospital. Cada día, cuando llega al albergue, envía por
teléfono un reportaje periodístico sobre las incidencias o curiosidades de la jornada. (Valère Inició el Camino en Toernich
(Bélgica) el 1 de abril de 2004 y lo concluyó en Santiago el 23 de junio,
después de caminar durante 84 días y hacerse 3.150 kilómetros).
http://users.skynet.be/sky69532/saint-jacques/photos.htm
A la salida de Hospital hemos tomado lo que se indicaba como “A
Astorga 17 kms. por camino señalizado”. El camino estaba, efectivamente, bien
señalizado; lo que no se advertía era que, en su mayor parte, era un pedregal
que nos ha dejado los pies hechos fosfatina y que nos ha ralentizado la marcha
mucho más de lo previsto.
A la altura de Santibáñez de Valdeiglesias Valère nos ha
adelantado y ha seguido, a buena marcha, con su singular artilugio.
El panorama se ha vuelto más grato que en días pasados, al
haber desaparecido la monotonía del paisaje. Hemos tenido, además, la sorpresa
de que por la mañana ha hecho frío.
Al llegar al alto en que se encuentra el Crucero de Santo
Toribio, ha quedado ante nuestros ojos una vista estupenda de todo el valle en
el que se asientan San Justo de la Vega primero, la vega bañada por el río
Tuerto y, al lado de allá del río, Astorga.
Al llegar a Astorga hemos visto una pareja de la que la chica
apenas si podía caminar del intensísimo dolor que tenía en las piernas Ha
coincidido luego con nosotros en la habitación del albergue municipal de la
Plaza de los Marqueses de Astorga, que nos ha encantado por sus dotaciones y
por la atención personal de los hospitaleros.
Ante un comercio de recuerdos estaba, como gancho, la imagen
caricaturizada de un soldado romano. No he podido resistirme a hacerme una foto
a su lado.
Astorga, toda ella, puro monumento. Hay que reconocer que es
una ciudad con un patrimonio cultural impresionante.
En el plano espiritual, el Camino bien. Desearía más horas de
interiorización, pero me he acostumbrado a aceptar lo que tengo y lo que viene
y a no ansiar más, Los momentos de intensidad orante procuro aprovecharlos, no
pidiendo más y agradeciendo al Señor sus deferencias.
Hoy han sido 23 kilómetros en 4 horas y media. 38.000 pasos.
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